tag:blogger.com,1999:blog-42881147494768107322024-03-14T08:53:06.167+01:00AlbayaldeAlejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.comBlogger249125tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-76870738083019388352020-11-19T21:34:00.002+01:002020-11-19T21:51:55.845+01:00Javier Hernández-Pacheco, in memoriam<p style="text-align: justify;">Anteayer murió, víctima del coronavirus, Javier Hernández-Pacheco Sanz, quien fuera mi profesor, mi director de tesis, mi mentor en tantas cosas y -me gusta pensar- mi amigo. No es fácil decir algo de quien acaba de fallecer sin que, en la maraña de anécdotas, parezca que uno está realmente hablando de sí mismo. Tal vez sea así y lo que de verdad me mueve a abrir este blog, después de años de abandono, sea decir algo de mí. Decir, por ejemplo, simplemente, que siento una gran tristeza. Hace más de veinte años que nos dio clase a los de mi promoción (la generación que se licenció en Filosofía en 2001, vaya odisea) y, aunque veinte años no es nada, es toda una vida. Todavía se fumaba en los pasillos y se hacían fiestas de la primavera. Javier hablaba de la fiesta en sus clases: de cómo Nietzsche y la religión se reconcilian allí donde la piedad se vuelve gratitud y la gratitud se manifiesta en un inmenso sí a la vida. Nos enseñó a reconocer a Fichte en el trabajo de los ingenieros contra el no-yo y a Hegel en las luchas de autoconciencias de las pandillas adolescentes. Era un pedagogo nato, uno de esos profesores que no tiene que "motivar" a los alumnos, como se dice hoy, porque no hay nada tan motivador como la verdad. Aunque sea una verdad así, discreta, con minúsculas: qué gran tesoro es tener una verdad que contar y qué cosa tan infrecuente ser una persona de verdad. </p><p style="text-align: justify;">Javier nunca cayó en la retórica y el academicismo, esos mohos por los que la filosofía languidece entre las páginas de las revistas indexadas. Creía en el pensamiento, en la unidad de la tradición filosófica, en la existencia de un relato construido y custodiado a lo largo del tiempo por los grandes maestros de Occidente. Creía que la humanidad, en su caminar por la historia, había aprendido cosas y había aprendido a contarlas. Yo aprendí muchas de él. Me aguantó cuatro años de tesis doctoral y quince más de madurar, a veces a golpes, y casi lo consigo. Le debo un montón de Guinness que acompañamos, bajo los árboles de Plaza de Cuba, para hablar de novias y de política internacional, de reformas educativas y de los <i>Heuriger</i> de Viena. Cuando comenzó este curso, quedamos en vernos, pero lo pospusimos porque estaban confinados en casa. Le dije que seguro sería cosa leve e hice una broma sobre Donald Trump. Me respondió que tenía toda la pinta de no ser nada. La última frase que tengo de él es la de ese mensaje: "Nos vemos al final de la semana que viene. Si Dios quiere". </p><p style="text-align: justify;">Dios no quiso (<i>¿Alguien entiende a Dios?</i> se preguntaba en cierta ocasión), pero quiso dejarme ese condicional enorme, ese abismo abierto al final de nuestra conversación de whatsapp, como recuerdo necesario de lo efímero de la vida, de lo irreversible del tiempo y de que todo está regido por una Voluntad en la que se diluyen inevitablemente nuestros proyectos y nuestros afanes. Y de que, a la vez, en esa misma Voluntad retornan todas las cosas logradas y se consuman las que quedaron por ser. En uno de los recuerdos más antiguos que tengo de él, estamos en clase, hablando sobre Marx o sobre la Escuela de Frankfurt, no me acuerdo. Javier nos explica cómo el marxismo reinventa la redención diluyendo su contenido personalísimo y dejándola reducida a una utopía colectiva en la que el individuo es lo único que no importa. Y entonces añade: "el cristianismo hará otras trampas, pero al menos no hace esa: cuando dice que te salvas, lo que dice es que te salvas TÚ". Ese "tú" ahora es él. Ya conoce, en primera persona, aquello de lo que habló tantas veces: la única utopía verdadera, el lugar donde la vida se encuentra consigo misma, el final en el que llegamos a ser lo que éramos desde el principio, la fiesta novalisiana del rejuvenecimiento del mundo. Ese Paraíso huele, seguro, a pino y a romero y a marismas.</p>Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-50431434732734650782020-03-18T13:20:00.000+01:002020-03-18T13:20:01.912+01:00Filosofia en estado de alarmaLa crisis del coronavirus nos ha traído muchas sorpresas (y las que nos traerá). Una de ellas es que, a estas alturas de la vida y tras haber dejado languidecer este blog por demasiado tiempo, me veo empujado a reciclar este viejo recurso para complementar las clases no presenciales que, desde ahora y hasta sabe Dios cuándo, vamos a tener que impartir los profesores en varios países del mundo. Así que he creado este otro blog, <a href="https://filosofiaenestadodealarma.blogspot.com/" target="_blank">Filosofía en estado de alarma</a>, para continuar las clases de Bachillerato. Está pensado para alumnos de secundaria, pero iré subiendo cosas de introducción a la filosofía. Tal vez a alguno de los que rondabais por aquí os pueda interesar. Ánimo a todos y mucha fuerza.Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-33607776842301790242018-02-11T12:13:00.001+01:002018-02-12T15:48:31.583+01:00Cincuenta sombras de totalitarismo<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "times new roman" , serif;">En
1795 se publicó de forma anónima la obra de Sade </span><i style="font-family: "times new roman", serif;">Filosofía
en el tocador</i><span style="font-family: "times new roman" , serif;">. La fecha es importante, porque coincide con la
publicación de otra obra crucial para el desarrollo filosófico de
la Ilustración: </span><i style="font-family: "times new roman", serif;">La educación estética del hombre</i><span style="font-family: "times new roman" , serif;">, de
Schiller. En su libro, el Marqués de Sade nos cuenta la historia de
una joven, Eugenia, instruida por Dolmancé en los dolorosos placeres del BDSM y en los principios de una filosofía materialista cuyo
fundamento es la idea de que los instintos -recibidos de la
naturaleza- no pueden verse reprimidos por preceptos morales. Ambas
obras, la de Sade y la de Schiller, constituyen -vistas desde lejos-
dos formas de reivindicación de la naturaleza en el hombre: Sade, a
través de la desinhibición sexual y el cuestionamiento materialista
de la moral tradicional; Schiller, a través de la reconciliación
entre la libertad y la naturaleza en la obra de arte. Ambos
comprenden que no hay liberación, </span><i style="font-family: "times new roman", serif;">que no es posible la
emancipación, si la naturaleza no recupera su papel en la vida del
hombre</i><span style="font-family: "times new roman" , serif;">: un papel que le ha sido arrebatado por la cultura, la
razón y la moral.</span></span><br />
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal;">
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; orphans: 2; widows: 2;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="font-size: large;">Viene
todo esto al caso de que, desde el año 2015, no dejo de encontrarme
en las redes sociales con intentos de boicot -a veces simples memes-
vinculando la historia de E. L. James (<i>Cincuenta sombras de Grey</i>)
al machismo, el heteropatriarcado y la violencia de género. La
suerte en este caso es que la autora del libro sea una mujer; porque,
de lo contrario, se añadiría a la polémica la responsabilidad del
hombre en la propagación de estereotipos falocéntricos. Por lo
demás, algo parecido ocurrió hace años con la polémica en
Alemania con el Tribunal Constitucional: la izquierda feminista ponía
en cuestión su legitimidad con el argumento de que todos sus
miembros eran hombres. Cuando las leyes igualitarias equilibraron los
sexos, el argumento pasó a ser el de la alienación femenina y el
problema del machismo en las mujeres. Porque aquí se funciona igual
que en el comunismo o en el nacionalismo, y el hecho no es casual: el
pueblo alienado es enemigo del verdadero pueblo, igual que son
enemigas de la liberación de la mujer las mujeres que se empeñan en
no ser liberadas. Ay.</span></span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; orphans: 2; widows: 2;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="font-size: large;">A
lo que iba: Ilumina cruelmente la faz decadente de nuestra época el hecho de que el rechazo a la obra no se deba a motivos estéticos (el espanto ante la mala literatura), sino a reparos de moralidad sexual. La obsesión del totalitarismo por meterse en la cama de
los ciudadanos ha sido una constante en la historia. Por ejemplo, en
el capítulo de <i>La ciudad del sol</i> dedicado a la
procreación, Tomasso Campanella detalla los días de la semana en
que está permitida la unión carnal, la higiene requerida, los
permisos a las autoridades, la asignación de mujeres y hombres en
función del temperamento individual, y un sinfín de preceptos que
hoy consideraríamos, en el mejor de los casos, ridículos. Lo mismo
puede decirse de la <i>Cristianópolis</i> de Andreae,
donde explica que no existe delito peor que el de la impureza. El
desorden sexual lo contamina todo: “La impureza (…) difunde los
vicios, confunde las dotes, esparce las efermedades, extiende la
maledicencia, propaga la infamia, vacía la conciencia, provoca la
saciedad, cubre de inmundicias, dilapida los bienes, amontona las
amenazas del Señor, siembra la desesperación y trasfunde la pena”.
Por supuesto, el propio Platón tiene instrucciones claras sobre lo
que hace cada uno en la cama y -en su caso- la obsesión moral va
unida a un rechazo explícito a la poesía, a la escritura de ficción
que aleja de la verdad y de la virtud. Incluso Aristóteles, tan poco
dado a las utopías, se enreda en las cuestiones sexuales y se empeña
en describir edad, forma, carácter y hasta vientos favorables al
ayuntamiento sexual (v. <i>Política</i>, libro IV). Y por
supuesto lo encontramos -¿cómo podría no ser así?- en el camarada Lenin, para
quien el amor libre era una reivindicación burguesa y el exceso de
sexualidad, un signo de degeneración.</span></span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; orphans: 2; widows: 2;">
<span style="color: black;"><span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="font-size: large;">La
obsesión por la moral sexual es el contrapunto necesario de una
obsesión por el poder: El tabú como base del control político.
Cómo en tan pocas décadas se ha pasado del "prohibido prohibir" a una sociedad
moralmente histérica es una historia que alguien debería escribir
algún día. Casi cualquier práctica reivindicada y conquistada por
el progresismo clásico es ahora impugnada por los reaccionarios y
las reaccionarias a sueldo de partidos y medios, por los gurús del
puritanismo laico y los santos guardianes de la fe que se dice feminista: desde
el lenguaje a la pornografía, de la prostitución a los roles
sociales, prácticamente todo lo que implica dominio individual del
propio cuerpo es malo. Hay una policía religiosa, repartida por las
portavocías de los partidos políticos, las instituciones públicas,
las escuelas y las columnas de los periódicos, caracterizada por un
absoluto desconocimiento de todo cuanto puede considerarse científico en relación con el comportamiento humano (psicología, etología, neurobiología...) y que ha asumido la tarea
de solucionar los problemas de la desigualdad y la violencia
basándose en una metafísica infantil, que no solo es incapaz de
corregir lo que pretende, sino que además oculta una perversa
voluntad de dominio político. Una única idea simple (el
heteropatriarcado) como explicación de toda la realidad social y sus
defectos y como justificación de una moralidad puritana y
antiliberal que extiende sentimientos de culpa y tabúes como si tales cosas hubieran solucionado alguna vez un solo problema social.</span></span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm;">
<span style="color: black; font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="font-size: large;">Es
verdad que la convivencia cívica exige aguantar las ocurrencias absurdas de tu prójimo, igual que uno espera de los demás comprensión con
las estupideces propias. Pero entramos en el terreno de lo
intolerable cuando alguien pretende legislar sobre lo que hacemos en
la cama. Y si personas adultas y responsables quieren fantasear con
jaulas y esposas, azotes y vendas, pues amén y aleluya. Concluyo -pues el </span></span></span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: large; font-style: normal;">espíritu</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: large; font-style: normal;"> de </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: large;">la época no se lleva bien con textos demasiado largos- con una cita del Marqués de
Sade, mártir de la emancipación, noble revolucionario y defensor del papel liberador de la literatura y la fantasía: “¡Renuncia a las
virtudes, Eugenia! ¿Hay uno solo de los sacrificios que pueden
hacerse a esas falsas divinidades que valga lo que un minuto de los
placeres que se gustan ultrajándolas? Bah, la virtud no es más que
una quimera, cuyo culto sólo consiste en inmolaciones perpetuas, en
rebeldías sin número contra las inspiraciones del temperamento.
Tales movimientos, ¿pueden ser naturales? ¿Aconseja la naturaleza
lo que la ultraja? No seas víctima, Eugenia, de esas mujeres que
oyes llamar virtuosas. No son, si quieres, nuestras pasiones las que
ellas sirven: tienen otras, y con mucha frecuencia despreciables...
Es la ambición, es el orgullo, son los intereses particulares, a
menudo incluso sólo la frigidez de un temperamento que no les
aconseja nada” (<i>Filosofía en el tocador</i>).</span></div>
<div style="font-style: normal;">
<br /></div>
</div>
</div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-90480459416999980482017-10-13T18:58:00.000+02:002017-10-13T18:58:31.119+02:00Cosas varias al hilo de Cataluña<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px;">
<div style="text-align: justify;">
1. A uno pudiera parecerle incomprensible, a la vista de las noticias sobre el proceso electoral, sobre los resultados, la abstención, la fuga de empresas, la respuesta internacional, etc., que un soberanista no se plantee, al menos, que tal vez no sea el momento ni el modo de llevar hasta el final sus aspiraciones políticas. La razón de que esto no sea así y que sigamos viendo muy exaltada a la hinchada nacionalista es que vivimos en universos informativos diferentes. Los lectores de Ara y los lectores de El Mundo viven realidades distintas. En las redes sociales, el asunto es aún más grave: recibidas en su origen por ciertos intelectuales postmodernos (Vattimo, por ejemplo) como herramientas potenciales de comunicación universal, las redes sociales se han degradado hasta convertirse en microcosmos donde uno ya solo lee, mira y comparte lo que refuerza su sentido de la identidad y de la verdad. Literalmente, no vivimos en el mismo mundo. Y eso es jodido para el futuro de nuestras sociedades, más allá de la movida catalana.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<div style="text-align: justify;">
2. El mito de “La Gente”, “El Pueblo” o “Nosotros”. Es la superstición más extendida por la Weltanschauung ibérica. El argumento nacional-populista dice así: son los catalanes los que deben decidir el futuro político de Cataluña, lo que equivale a decir: un tipo en Soria o en Sevilla no tiene derecho a votar la autodeterminación catalana. En cambio, nadie cuestiona que los ciudadanos de los pueblos del Pirineo leridano, independentistas hasta la médula, condicionen con su voto el futuro del cinturón industrial de Barcelona, de Badalona, de Lloret del Mar o del Valle de Arán, ciudadanos a los que la erótica soberanista les pone bastante menos. Puestos a ser escrupulosamente respetuosos con la voluntad popular, ¿por qué no radicalizar la consulta y preguntar a las comarcas, a los municipios, para al menos constatar el absurdo de que un país pueda estar preguntándose a sí mismo permanentemente su identidad? ¿Por qué se cuestiona tan alegremente la nación legalmente constituida y se respeta con temor religioso la nación mitológicamente inventada? En los sistemas políticos no totalitarios, no hay "nosotros" más allá de la suma de "yoes". Lo que me lleva al siguiente punto.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<div style="text-align: justify;">
3. “Autodeterminación” es un concepto ilustrado y tiene un sentido individual: Solo el individuo puede ser sujeto de autodeterminación. Es el núcleo indivisible, el átomo, de cualquier exigencia de libertad. La cuestión política solo entra en escena en relación a si el Estado favorece o entorpece el ejercicio de esa libertad individual, de esa autodeterminación. En Kant y en los ilustrados, de hecho, significa la capacidad de actuar de acuerdo a una norma que es pensada como común a todo el género humano, la capacidad de actuar por encima de las pasiones, las inclinaciones, las creencias. Así aparece históricamente también el concepto de nación, en el contexto de la Revolución Francesa: Cuando el pueblo se rebela contra una concepción patrimonialista del territorio y de los recursos y lleva a cabo la superación del Antiguo Régimen. Dicho de otra forma: Autodeterminación y nación representan justo lo contrario del nacionalismo.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<div style="text-align: justify;">
4. Otra cuestión casi metafísica: El mito del “Referéndum” como solución a las tensiones políticas. Como es bien sabido, en 1995 Quebec organizó un referéndum de eso que la gente llama autodeterminación. La pregunta era tan ambigua que el legislativo terminó elaborando una ley (nacional) de transparencia (el "Clarity Act") para hacer frente a las escaramuzas dialécticas del particular Procés quebequense, ley en la que además se fijaba la participación del Parlamento nacional canadiense. Quebec respondió con su propia ley de autodeterminación en la que se evidencia que el referéndum no ha resuelto en absoluto la tensión política. Un referéndum soberanista es siempre una trampa: Solo sirve si el nacionalismo alcanza el poder total e impide cualquier marcha atrás. En el otro gran espejo del nacionalismo periférico español, Escocia, sucedió lo mismo: Poco después de celebrarse un referéndum de autodeterminación (ojo: concedido y regulado por el Estado de acuerdo a las leyes británicas) los nacionalistas escoceses ya estaban reclamando otro para aprovechar el tirón del descontento post-Brexit. El referéndum -no importa el resultado- jamás resuelve la tensión política. Solo la eleva a un nivel diferente.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<div style="text-align: justify;">
5. En democracia creemos que solo el consenso disuelve -o al menos rebaja- la tensión: El acuerdo en que todos, al abandonar sus puntos de partida individuales y sus exigencias maximalistas, ganan un espacio común. La famosa convivencia. Pero el nacionalismo no dura mucho tiempo en el consenso. Por eso únicamente lo acepta como medio para acumular más poder y permitirse la creación de nuevas tensiones futuras. Es su ciclo natural. Ya había en España un consenso nacional: Es la historia de la democracia española y la fragmentación del poder nacional para dar sitio, espacio y cauces a las sensibilidades y aspiraciones nacionalistas. La situación actual es la negación del consenso alcanzado.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<div style="text-align: justify;">
6. Otra cuestión metafísica: El mito de la “Mayoría”. Todos los políticos, sin excepción, intentan hacer suyo el sentir de la mayoría, como si esa fuera la cuestión decisiva. Pero no es exactamente así: La democracia es el gobierno de la gente, sí, pero a través de las leyes; la democracia es el gobierno de las mayorías, sí, pero con respeto a las minorías. Hay democracia donde el gobierno está sostenido por la mayoría, pero solo si ese gobierno está sometido a ciertos mecanismos de control. Una cuestión emocional, económica, política y socialmente tan compleja como la secesión de un territorio no puede ser dirimida en un referéndum por mayoría simple. La fórmula autonomista es precisamente una solución donde cohabitan varios sentidos de pertenencia.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<div style="text-align: justify;">
7. El respeto. La izquierda es muy sensible: Se pone muy indignada cuando ve a unos ultras diciendo barbaridades en la calle o en las redes sociales. El otro día, la plana mayor de Unidos Podemos compartía por Twitter el video de un hombre en Sanlúcar de Barrameda al que le quitan con violencia un cartel pidiendo diálogo. Y me parece muy bien que sea tan intolerante con los intolerantes. Tiene, sin embargo, una doble vara de medir: todos estos periodistas, intelectuales, políticos, tuiteros, que se llevan las manos a la cabeza por las manifestaciones de violencia que consideran inaceptables, ¿se indignan igual cuando las juventudes nacionalpopulistas atacan los puntos de información de Ciudadanos, cuando las amenazas de muerte en las sedes de los partidos que no comulgan con el dogma identitario, cuando piden la violación en grupo de la líder del principal partido político de la oposición catalana, cuando las presiones en la Universidad, en los colegios, en los medios, cuando llaman "falangistas" y "fascistas" a quienes se manifiestan en defensa del orden constitucional? Se ve que, también aquí, el respeto depende sobre todo del cariz ideológico de las víctimas y los verdugos.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<div style="text-align: justify;">
8. Otra constante en nuestra nueva izquierda: La falacia de los nacionalismos simétricos. La bandera de España, agitada en la manifestación constitucionalista, no es el símbolo de otro nacionalismo excluyente. No se ondea como símbolo identitario frente a otros (no deja de ser llamativo que apareciera tan a menudo acompañada de la senyera y de la bandera europea). La defensa de la unidad y la legalidad, del consenso y la convivencia, no puede ser puesta al mismo nivel que la defensa de una ruptura unilateral, el desprecio a las leyes, la imposición de una identidad sobre otra y la tensión social.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<div style="text-align: justify;">
9. Qué le pasa a la izquierda de la izquierda. Lo explica muy bien Zizek, el gurú de los revolucionarios europeos: La izquierda que carece de criterio político propio se dedica a negar sistemáticamente el discurso de sus adversarios ideológicos. Son incapaces de compartir un espacio discursivo con los demás. Irene Montero salió el otro día en televisión para explicar que la declaración unilateral de independencia no tenía legitimidad, pero que la aplicación de un artículo de la Constitución, ¡mucho menos! Cuando se conviertan en una fuerza política irrelevante y Rajoy vuelva a ganar las elecciones generales, tal vez tengan tiempo de pensar cómo lograron -en medio de la peor crisis económica, social y moral de nuestra historia democrática- la animadversión de la mayoría social de este país y la perpetuación del PP en el gobierno in saecula saeculorum, amen. Deberían echar un vistazo a los barrios obreros de las principales ciudades españolas y preguntarse por qué esos balcones desvencijados llevan días ondeando la bandera nacional.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-top: 6px;">
<div style="text-align: justify;">
10. Cuestión final. El nacionalismo no puede domesticarse. La cesión de competencias ha sido tan amplia que ya solo queda lo que Artur Mas reconocía el otro día precisamente como necesario para ejercer una independencia completa: jueces, hacienda, aduanas. Si consiguen eso, el camino a la secesión será imparable por la vía de los hechos consumados. Ayer, los líderes de los principales partidos nacionales hablaban de una reforma de la Constitución: ¿será para dar respuesta a las necesidades de todo el país, se abordarán las reformas institucionales que desea una mayoría de españoles, o supondrá solo una enésima cesión a las fuerzas centrífugas, a la espera de que la siguiente crisis tenga que resolverla otro?</div>
</div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-73328226937825567182017-10-03T18:19:00.001+02:002017-10-03T18:47:59.342+02:00Variaciones sobre un mismo tema<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: "helvetica" , "arial" , sans-serif; font-size: 14px; white-space: pre-wrap;">"Non ridere, non lugere, neque detestari, sed intelligere", decía Spinoza. "Ni rías, ni llores, ni te indignes: comprende". Sin embargo, cuesta mucho pensar con frialdad spinoziana todo lo que está pasando en este país donde, como reza el adagio esotérico, las emociones viajan más rápido que el tiempo. Porque, en realidad, el verdadero problema es que las emociones son ya el único problema. La lógica tribal se impone, la de los egos y las identidades heridas, y cuando eso ocurre solo queda decir, con Feyerabend, adiós a la razón. Hace años una imagen me impresionó mucho: un fundamentalista islámico habla ante las cámaras de su lucha contra los infieles y, de pronto, se le quiebra la voz y comienza a llorar. Es el romanticismo de los totalitarios, la delicada melancolía de los criminales. Últimamente todo el mundo llora. A mí, lo confieso, también me parece bastante triste todo esto, aunque la tristeza -dicen los psicoterapeutas- es ira reprimida y, como tal, solo espera el momento de salir; busca su válvula de escape. Mientras tanto, la guerra es de símbolos. Gracias al presidente más inepto de la historia de España, las cargas policiales del domingo se han convertido en estandartes de la represión con la misma rapidez con que se han olvidado ya las cargas de los Mossos contra el 15M y sus incontables condenas judiciales por tortura. De estos queda ahora la imagen del abrazo, su elevación ritual a ejército del pueblo. Y cuela. Esta es la magia de los símbolos, la fuerza simbólica de una imagen. He recordado estos días a Boris Groys, un teórico del arte al que traduje hace unos años. Escribió un libro titulado "Sobre lo nuevo. Ensayo de una economía cultural". Es un libro que hay que leer para entender algunas cosas de nuestro tiempo: no hay fuerza moral y política -dice- como la creación de un nuevo valor. Aunque lo nuevo sea la mierda enlatada de Manzoni. Por eso, como todas las épocas largamente estables, la nuestra es milenarista. El nacionalismo, el populismo, el yihadismo son variaciones sobre un mismo tema: la culminación de la historia, el parto de una sociedad utópica, esa estética del hombre nuevo que atraviesa nuestra historia desde el Talmud hasta los panfletos del Ché Guevara. Y es que no hay idea más vieja que la de lo nuevo. Una señora de edad avanzada también se emocionaba ante las cámaras explicando el entusiasmo que le produce asistir al alumbramiento de una nueva república. Me acordé de Kant quien, hablando sobre la Revolución Francesa, venía a decir: Es una auténtica barbarie, pero la gente siente entusiasmo por la idea de estar trayendo el Bien a la Tierra. "Entusiasmado" significa en griego "que lleva un dios dentro", es decir, iluminado, poseído. Hay siempre algo religioso en el entusiasmo político. Los símbolos, las emociones, las creencias lo ocupan todo. Por eso la violencia ya está en marcha e irá a más. La catástrofe, por lo demás, no es solo nuestra, como pretenden quienes se empeñan en ver nuestro país como una anomalía europea. Por todas partes del mundo asistimos al fracaso de la democracia como técnica racional, como procedimiento decisorio. Hace ya mucho tiempo que no hemos experimentado la verdad de que, fuera de la ley, aguardan la violencia y sus monstruos: los monstruos que produce, no la razón, sino su sueño.</span></div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-1155444040969287992017-09-15T12:17:00.000+02:002017-09-15T12:17:25.904+02:00Otegi en Cataluña<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; text-align: justify;">
Como si el ruido permanente de los secesionistas catalanes no fuera ya suficientemente insufrible de por sí, como si no fuera suficientemente humillante la montaña diaria de mentiras, falacias, descalificaciones y desplantes, ahora se les ha ocurrido traer a Arnaldo Otegi para convertirlo en un icono de la causa catalanista. Un tipo que estuvo en prisión por secuestro y pertenencia a organización terrorista. Un tipo que, el 14 de julio de 1997, se negó a participar en la condena del asesinato de <span class="text_exposed_show" style="display: inline; font-family: inherit;">Miguel Ángel Blanco, a quien ETA había ejecutado de un tiro en la nuca ignorando una movilización ciudadana sin precedentes. Un tipo que, en 2002, cuando ETA mató a una niña de seis años, Silvia Martínez Santiago, salió a explicar cómo era necesario “racionalizar el conflicto” y las circunstancias que hacían posible que ocurrieran “dolorosos sucesos” como aquel, para inmediatamente culpar a Aznar de lo ocurrido. (¿No suena reciente esto de culpar al presidente del gobierno de lo que hace un grupo de terroristas fanáticos?). Un tipo que, cuando ETA mató (son tantos ya) a López de Lacalle, periodista, fundador de CCOO y un referente en la lucha por las libertades, lo único que alcanzó a comentar fue que el atentado ponía sobre la mesa “el papel de los medios de comunicación en Euskal Herria”.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;">
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; text-align: justify;">
Este es el tipo y es conocido por todos. En realidad, lo cuento porque tal vez haya quien me lea y no conozca aquella parte -tan reciente que casi es presente- de la historia de España. Yo no soy ningún sabio ni un experto en política, pero he leído a Marcuse, a Horkheimer, a Benjamin, a muchos de los que lucharon en Europa contra el fascismo cuando el fascismo no era una palabra que usan los niñatos para desprestigiar el sistema que los mantiene con vida y libres. ETA y su mundo han sido lo más parecido que ha habido, ya en una España constitucional, al totalitarismo genocida europeo de los años 30 y 40.</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px; text-align: justify;">
El otro día, el símbolo de aquel totalitarismo todavía invicto, fue a la televisión pública catalana para mofarse de Albert Rivera, tras abrazarse y hacerse <i>selfies </i>con simpatizantes independentistas por las calles de Barcelona. Siendo lo menos malo que ha hecho en su vida, me pregunto cómo hemos llegado a este estado miserable de impunidad y olvido. Ese estado que nos ha llevado a presenciar marchas nocturnas con antorchas, quema de banderas, homenaje a terroristas, acoso a partidos de la oposición, y que no es más que la consecuencia de una renuncia al ejercicio del poder nacional y al dominio del discurso político. Y, aunque no tengo muchos motivos para la esperanza, todavía deseo que, con la misma higiene democrática con que se ilegalizó y desmontó el entramado político que hacía posible la supervivencia de ETA, se ponga fin al golpe de Estado en Cataluña y toda la inmundicia moral que lo rodea.</div>
</div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-31626977213013192592017-09-10T13:20:00.001+02:002017-09-13T10:21:03.305+02:00Elogio y refutación del humor<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">La escena es bien conocida: Un monje llamado Jorge de Burgos -facciones duras, ojos blanquecinos por la ceguera- le explica a Guillermo de Baskerville (trasunto literario de Ockham, la incipiente modernidad nominalista) cuáles son los peligros de la risa. "La risa es un viento diabólico -dice el airado monje- que deforma las facciones y hace que los hombres parezcan monos". La descripción del monje busca, obviamente, nuestra antipatía. Su odio a la risa es solo expresión de un odio general, más profundo, contra el ser humano y contra la vida. Representa la mirada irritada de un mundo que prefiere la férrea seriedad del orden a la caótica alegría de una libertad venidera. Jorge -¡atención spoiler!- resulta ser finalmente el responsable de las extrañas muertes acontecidas en la abadía, al haber envenenado las páginas de un libro de Aristóteles dedicado a la risa. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Pues bien: Cuando Aristóteles, en la <i>Poética</i>, se ocupa de la comedia y el humor, señala con claridad que se trata de un arte de segunda. "<span style="background-color: white; border: 0px; font-stretch: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Lo cómico </span><span style="background-color: white; border: 0px; font-stretch: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">-dice-</span><span style="background-color: white; border: 0px; font-stretch: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"> es un defecto y una fealdad que no contiene ni dolor ni daño</span><span style="background-color: white; border: 0px; font-stretch: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">". Imita, frente al gran arte de la tragedia, aquello que es feo, miserable, estúpido, no ejemplar. A pesar de este papel secundario, la comedia tiene su lugar en el arte, y precisamente porque pone de manifiesto la imperfección, pudo convertirse con el tiempo en un arte proclive a la crítica. Especialmente a la crítica social. La literatura española tiene, desde el Barroco y ya antes, muchos y muy claros ejemplos de ello. En la Alemania del siglo XVIII, el humor, lo cómico y el chiste alcanzaron incluso dignidad filosófica cuando los primeros románticos convirtieron el concepto de <i>Witz</i> en una categoría metafísica. </span><span style="background-color: white;">Novalis decía que el ingenio humorístico (<i>Witz</i>) era electricidad espiritual, lo que atraviesa y unifica todos los conceptos. </span><span style="background-color: white;">Pero el propio Schlegel advierte que "el </span><i>Witz</i><span style="background-color: white;"> entendido como instrumento de la venganza, es tan peligroso como el arte entendido como instrumento de la curiosidad".</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="background-color: white; font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="background-color: white; font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">En efecto, hay algo peligroso en el humor, y he pensado en ello cada vez que algún problema social ha sido tratado frívolamente en un tuit, una viñeta, un <i>meme </i>humorístico. Cada producción del espíritu humano genera sus propias contradicciones y en esto el humor no es una excepción. Pone de manifiesto, intuitivamente, las disonancias del mundo, pero, al hacerlo, prescinde de las reglas lógicas del discurso. Ignora -cuando no asume deliberadamente- la facilidad con que una falacia se instala en el lenguaje y hace imposible el entendimiento. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="background-color: white; font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="background-color: white; font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Pues bien: El estado de nuestra época es el de una sociedad de la risa gratuita, del humor sin motivo ni fin. El mismo hombre contemporáneo que necesita encender la tele, la radio, el ordenador, para no sentir la tristeza de una existencia nihilista, prescinde del debate sosegado, del análisis lento, de la aburrida información. Desconoce cuanto Hegel llamaba el "lento trabajo de lo negativo" y lo sustituye por un borrón, una negación abstracta, un chiste que tapa con la risa la seriedad de las cosas y que, en general, solo conserva su carácter humorístico en la medida en que se ríe de <i>los otros</i>. Se acuerda uno entonces de aquella famosa escena de <i>En busca del fuego</i> en que los neanderthales -inspirados por la joven sapiens- aprenden a reír cuando uno de ellos le tira una piedra en la cabeza a otro. Es, literalmente, una risa simiesca. Entonces el chiste, la viñeta, el humor no solo se desvisten de su potencial ilustrado y emancipador, sino que se convierten de hecho en el modo como se consuma la tendencia involutiva de las sociedades postmodernas: el chiste se convierte en un instrumento de la incomunicación, de la fragmentación tribal, de la venganza. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="background-color: white;">No es difícil constatar que hoy, en las sociedades postmodernas, el humor se ha convertido en un absoluto: Debe haber humor en los debates políticos, en los mensajes de whatsapp, en los programas de cocina, en las misas y en la información meteorológica. Dan ganas de decir que no hay nada más deprimente que esta sobrecarga de risas simiescas. El humor es, sí, un absoluto y</span><span style="background-color: white;">, como tal, es también un tabú: uno puede decir cualquier barbaridad y pretenderse al margen de todo juicio ético o penal con tal de aducir que "</span><i>solo</i><span style="background-color: white;"> es un chiste". Es decir, que el chiste se ha convertido en lo más serio que tenemos. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="background-color: white; font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="background-color: white;">Termino. Suele decir mi amigo Bernardo que <i>la vida es un cachondeo</i>. Y tiene razón. Pero -permítanme el chiste hegeliano- también es verdad lo contrario: que la vida es una cosa muy seria. El enfado de Jorge de Burgos -tan desagradable a nuestra sensibilidad- tal vez tenga algo que decirnos a los hombres del final de la historia: La risa unifica a los hombres en el ridículo teatro de una vida siempre contradictoria y deficiente. Tal vez no deberíamos enfrentar un </span><span style="background-color: white;">destino</span><span style="background-color: white;"> </span><span style="background-color: white;">tan épico con las facciones deformadas, empujados por ese viento diabólico que hace que los hombres parezcan monos.</span></span></div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-32200105569610958852017-08-26T11:33:00.000+02:002017-08-26T11:40:54.688+02:00La unidad esa, sí<div style="margin-bottom: 0cm;">
<div style="text-align: justify;">
El otro día, gracias al elenco pluralista de mis amigos de Facebook, tuve ocasión de leer un
artículo muy interesante que sin ellos, seguramente, se me habría pasado. El texto se titula "La unidad esa" y el medio en que aparece es CTXT, diario que se
autodefine como progresista y que está dirigido por Miguel Mora, ex periodista
de El País. Para que no haya confusión respecto al sesgo ideológico del artículo -permítase el lector ir más allá del aparente <i>ad hominem</i>-, su autor es Guillem Martínez, escritor y periodista
que en 2015 aparece entre los firmantes de un manifiesto en apoyo de
<i>Barcelona en Comú</i>. </div>
<div style="text-align: justify;">
En el texto -que ya digo me parece bien escrito y argumentado- el autor se queja de que, gracias al atentado de Barcelona y de las llamadas a la unidad de las fuerzas políticas y sociales, ha sido posible ver cosas inauditas: el Rey presidiendo un acto sin ser increpado, políticos laicos en una misa católica, etc. La violencia terrorista -arguye- tiene siempre como efecto secundario un engrosamiento de la legitimidad del <i>statu quo</i> al producir una falsa apariencia de uniformidad en torno al gobierno y las instituciones. </div>
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<div style="text-align: justify;">
El artículo me ha hecho pensar en cómo, efectivamente, es la sociedad civil la que espontáneamente produce esa unidad mientras la clase política se empeña en sacar tajada partidista con los cuerpos todavía calientes en la morgue. Desde Hobbes y Spinoza, por lo menos, la finalidad del contrato democrático consiste en suprimir la violencia. La democracia es entonces un teatro en el que los actores disputan sus propios roles, sus intereses, sus concepciones morales o lo que sea. Pero detrás de ese teatro están el estado de naturaleza, la barbarie, la guerra de todos contra todos, la disolución de la convivencia democrática, la guerra, la violación, la esclavitud, la rapiña y el hambre. Cosas serias. Por eso, cuando la violencia eclosiona de una manera especialmente brutal, el espectro de la violencia primigenia reaparece. Y ahí es donde tiene sentido la llamada a la unidad: no a una falsa unidad ideológica, que es imposible e incluso contradictoria con el sistema, sino a la unidad del deseo de convivir de acuerdo a leyes y de resolver las diferencias por procedimientos democráticos. Pasa con los actos terroristas, pero también con los asesinatos machistas o con las grandes catástrofes naturales. Es la unidad del Leviatán frente al miedo que, según Hobbes, lo creó. Y por eso me parece especialmente acertado el lema surgido como respuesta al atentado de Barcelona: <i>no tinc por</i>, mejor así, en singular. El individuo sin miedo como sentido último de la convivencia política. Y por eso, una vez más, la izquierda reaccionaria y el nacionalismo antisistema explicitan su naturaleza antidemocrática cada vez que, como está ocurriendo en los últimos días, anteponen su propia concepción del orden político o de la forma que ha de tener la jefatura del Estado a la manifestación de esa unidad anterior que garantiza nuestra existencia. Son, en toda situación, el parásito totalitario de nuestra democracia.</div>
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-73391720773111919782017-03-16T21:04:00.000+01:002017-03-16T21:04:00.345+01:00Despedida<div style="text-align: justify;">
La casa de mis padres es un alcázar blanco rodeado de verde. Allí, escondido en la sombra de los setos, suele dormitar Lolo, nuestro gato, al abrigo del sol y de las perturbaciones del mundo. Cuando pasas a su lado, a veces consigues entrever sus ojos amarillos parpadeando levemente con gesto de desprecio sobrenatural. Solo los gatos consiguen elevar el desprecio a virtud: un desprecio aristocrático, señorial, <i>übermenschlich</i>. En clase siempre pongo a Lolo como ejemplo de filósofo helenístico, pues domina el arte de vivir conforme al orden de las cosas. Sin deseos, sin preocupaciones, sin artificios. Un maestro de la ataraxia. Podía yacer durante horas como una esfinge y, en un segundo, saltar sobre pájaros y ratones para devorarlos: seguía, como la araña de Spinoza, el divino orden de los efectos y las causas. El mundo humano está lleno de inútiles frustraciones; en el mundo de Lolo, todo es como debe ser. Por eso, cuando ayer sintió que su final era inminente, se acercó plácidamente a la puerta de la casa de mis padres para morir a sus pies. Y yo no quiero que termine el día sin despedirme de él con estas palabras, pues ya nunca volverá a sentarse en mi regazo mientras la tarde cae sobre los viejos árboles. Ya nunca volveré a acariciarlo mientras me duerme el ronroneo que hace felices y mansas todas las cosas. Hasta siempre, compañero de siestas y de juegos, señor de los alféizares y de las altas ramas, noble guardián de la casa de mis padres. Nos reuniremos en la tierra que a todos nos aguarda.</div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-75864331171217769982016-10-02T10:59:00.001+02:002016-10-02T10:59:49.666+02:00Un sueñoTuve un sueño: al regresar al coche, lo encuentro cubierto por una enorme montaña de leña. Una pila de ramas y troncos geométricamente dispuestos en un orden perfecto. Trato de apartarlos, pero a cada esfuerzo aparecen nuevas ramas en el lugar de las anteriores, cada vez más altas. Entonces, imagino la vida entera como un orden minucioso bajo el que se asfixia lentamente algo muy mío, algo que no consigo salvar.<br />
<br />
Por suerte, solo es un sueño.Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-48224987460161258102016-08-21T18:42:00.003+02:002016-08-21T22:06:17.648+02:00La decisión<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="es" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">“Vivir es sentirse <i>fatalmente </i>forzado
a ejercitar la libertad, a decidir lo que vamos a ser en este mundo. Ni un solo
instante se deja descansar a nuestra actividad de decisión. (...) Pero el que
decide es nuestro carácter”. La cita es de Ortega, a quien he estado releyendo este
verano. Si tiene razón nuestro filósofo más afamado, vivir significa elegir y
cada individuo es, en mayor o menor medida, coautor de su propia existencia.
Esta definición me lleva –lejos en el tiempo y en el espacio– a Kierkegaard, el
filósofo a quien leían Faemino y Cansado. Para el danés, la libertad va unida a
la angustia ante el infinito abanico de todo lo posible, de la que solo nos
saca la decisión. La angustia procede del miedo a renunciar a todo cuanto se
nos ofrece como pura posibilidad: el miedo a comprometerse en una relación y
renunciar a otras; el miedo a elegir una profesión en lugar de cualquier otra; el miedo en
general a la vida, que es riesgo, sacrificio y finitud. Así, el
infantilismo podría caracterizarse como la negativa a asumir esta verdad: que
vivir exige tomar decisiones que desembocarán en consecuencias, y que toda
decisión es, al mismo tiempo, una renuncia, una transmutación de la posibilidad
infinita en realidad finita.</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Le daba vueltas a todo esto al contemplar un día más el panorama siniestro de la política
nacional. Pensaba que alguno –yo mismo, sin ir más lejos– podría ver en el
actual modo de hacer política del PSOE ciertos rasgos de este infantilismo. Respecto a la investidura, claro, pero no solo. Hace años que su vicio es el mismo: quiere ser serio y
europeísta pero, al mismo tiempo, tontea con las promesas anti-sistema del
populismo; quiere ser un partido español, incontestable defensor de la unidad
nacional, pero hace guiños al discurso de los nacionalistas, a veces para
gobernar con ellos, otras como simple muestra de su obsesión por no hacer nada
con la derecha; quiere ser socialdemócrata y, a la vez, toda la izquierda; quiere
ser escrupulosamente laico, pero da el salto mortal al anticlericalismo cuando puede; no quiere apoyar un gobierno del
PP, no quiere llevarnos a terceras elecciones, no quiere articular un gobierno alternativo.
Quiere no tener que decidir y, al no decidir, toma la peor decisión: decidir la
nada.</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Cuando, en el Congreso Extraordinario del año 79, se decidió abandonar
las tesis marxistas, muchos pensaron que una decisión de tal magnitud haría
peligrar la hegemonía del PSOE en el ámbito sociológico de la izquierda. No fue
así, pero toda decisión conlleva riesgos, y la única actitud viable a la larga es asumirlos. Habrá que ver qué tipo de riesgos
están dispuestos a soportar los actuales dirigentes del Partido Socialista,
porque después de todo lo dicho no conviene olvidar la inquietante coda de la
cita de Ortega: quien decide es siempre nuestro carácter.</span></div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-75607951147694176052016-07-30T12:10:00.002+02:002016-08-29T10:35:17.854+02:00La zorra y las uvas (el resentimiento en la política)<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="line-height: 18pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
Hay una vieja fábula atribuida a Esopo que narra el
esforzado intento de una zorra por alcanzar un racimo de uvas demasiado alto.
Tras fracasar una y otra vez, la zorra se aleja y exclama, desdeñosa: “¡Todavía
están verdes!”. Suelo usar esta historia en clase para ilustrar el concepto de
“resentimiento” en Nietzsche: el odio que profesamos hacia todo aquello que
secretamente queremos pero no somos capaces de alcanzar. El odio de la
impotencia alterando el valor de las cosas. A veces uso otro ejemplo: esa persona
que, tras haber estado enamorada de otra de un modo no correspondido, termina
diciendo: “¡No sé cómo pude enamorarme de alguien tan feo y estúpido!”. La vida
cotidiana está llena de ejemplos de esta perversa alteración del valor que nos
permite sobrellevar la frustración y que, por eso mismo, es solo un mecanismo
psicológico de supervivencia emocional bastante simple.<span class="apple-converted-space"> </span><span style="background: white;">“Desde
su impotencia –decía Nietzsche– crece en ellos el odio hasta convertirse en
algo gigantesco y siniestro, en lo más espiritual y lo más venenoso”.</span><o:p></o:p></div>
<div style="line-height: 18pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="background: white;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-5_xL16nlEhs/V5x3RDWgE4I/AAAAAAAAAjc/W3sZz86_IVAfbfZquCQ8KJ5UITZHNQspQCLcB/s1600/zorra%2Buvas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://3.bp.blogspot.com/-5_xL16nlEhs/V5x3RDWgE4I/AAAAAAAAAjc/W3sZz86_IVAfbfZquCQ8KJ5UITZHNQspQCLcB/s320/zorra%2Buvas.jpg" width="279" /></a></div>
<div style="line-height: 18pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="background: white;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 18pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="line-height: 18pt;">Ocurre, sin embargo, que esa inversión de los valores
(despreciar lo bueno que no está a nuestro alcance, apreciar lo mediocre que sí
lo está) no afecta solo a los bienes exteriores (las uvas maduras, las chicas
guapas, las asignaturas difíciles, la merecida fama) sino también a los bienes
interiores: así es como el tonto suele despreciar la inteligencia; el
ignorante, la cultura; el débil, la fuerza; el miserable, la honestidad. El
resentimiento –decía Max Scheler, otro de sus grandes teóricos– es una autointoxicación
psíquica: en el fondo de nuestra oscura caverna psicológica nos vengamos de una
realidad empeñada en no rebajarse a nuestra altura.</span></div>
<div style="line-height: 18pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<o:p></o:p></div>
<div style="line-height: 18pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="line-height: 18pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
El resentimiento es un odio enmascarado hacia la vida. Una vida que no nos da lo que deseamos, que no se pliega
a la forma de nuestra voluntad. Entonces, el resentimiento conduce
necesariamente a un escenario psicológico en el que nadie es mejor que yo, en
el que no existe nada valioso que no me pertenezca de antemano, en el que las
uvas maduras nunca están demasiado altas. La jerarquía, la diferencia, es
ofensiva para el resentido. Lo decía Chesterton, a su modo: “Quizá la
mediocridad consista en estar al lado de la grandeza y no darse cuenta”. Fuera
del mecanismo del resentimiento, uno tiene dos opciones ante la grandeza: se
puede aspirar a alcanzarla por medio del esfuerzo y la obstinación, o se puede
simplemente admirarla, reconociendo que está muy por encima de uno mismo y
disfrutar del hecho de que al menos sí esté al alcance de otros. Aspirar a la
inteligencia, al saber, a la virtud, o al menos admirarlos en otros. Ambas
opciones respetan la naturaleza jerárquica de los valores: los dejan en el
lugar que merecen. “Un alma delicada –decía Nietzsche en<span class="apple-converted-space"> </span><i>Humano, demasiado humano</i>– se
siente molesta al saber que hay que darle las gracias; un alma grosera, al
saber que tiene que darlas”.<o:p></o:p></div>
<div style="line-height: 18pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="line-height: 18pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
Nietzsche fue el primero en percibir el modo como el
resentimiento había sido capaz de crear sistemas de valores a lo largo de la
historia, y el primero también en detectar que este mecanismo impregnaba, de
manera alarmante, toda la vida espiritual de la Europa moderna. Su intuición fue desarrollada, en diferentes sentidos, por Scheler y Ortega.<span class="apple-converted-space"> </span><i>El resentimiento en la moral</i><span class="apple-converted-space"> </span>de Max Scheler aparece en 1912 y<span class="apple-converted-space"> </span><i>La rebelión de las masas</i><span class="apple-converted-space"> </span>de Ortega y Gasset, en 1929. Ambas se
publican, pues, cuando en Europa es ya muy clara la sintomatología política y
social de una enfermedad que Nietzsche había diagnosticado veinte años antes de
que terminase el siglo XIX y que alcanza su desarrollo total en nuestra propia
época.<span class="apple-converted-space"> </span><span style="background: white;">“Aprended esto de mí –clamaba Zaratustra– en el mercado nadie cree en
hombres superiores. Y si queréis hablar allí, ¡de acuerdo! Pero la plebe
responderá, parpadeando, «todos</span><span class="apple-converted-space"> </span><span style="background: white;">somos iguales»”.</span><o:p></o:p></div>
<div style="line-height: 18pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="line-height: 18pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="background: white;">La moral dominante niega la diferencia, la
excelencia, el mérito, así como la grandeza intelectual y moral. Lo que Ortega
llama el "hombre masa" –es decir, el individuo en cuanto no se
diferencia de ningún otro por ninguna cualidad especial– se convierte en
prototipo de existencia.<span class="apple-converted-space"> </span><em><span style="font-style: normal;">“Lo característico del momento es que el alma vulgar,
sabiéndose vulgar, tiene el denuedo de afirmar el derecho de la vulgaridad y lo
impone dondequiera”. Esto se confirma cada vez que uno se toma la molestia de
observar qué tipo humano, qué paradigma de la existencia se predica desde los programas televisivos, las
tertulias, las listas de los partidos políticos, los ídolos deportivos. Por todas partes, ocupando
los principales espacios de la vida común, hay hombres vulgares convencidos de
que su vulgaridad es la medida de todo valor.</span></em></span><span class="apple-converted-space"> Todos somos</span><em><span style="background: white; font-style: normal;"> iguales, y por tanto debemos parecerlo: he aquí la base de esta universalizada e hipócrita estética de la humildad que nos rodea. La mediocridad
es convertida en la medida de todo valor. Como dice en </span><span style="background: white;">España invertebrada</span><span style="background: white; font-style: normal;">, "la rebelión sentimental de las masas, el odio a los mejores, la escasez de estos -he aquí la razón verdadera del gran fracaso hispánico". Y este fenómeno alcanza a toda la vida social europea: “El europeo que empieza
a predominar sería, relativamente a la compleja civilización en que ha nacido,
un hombre primitivo, un bárbaro emergiendo por escotillón, un «invasor
vertical»”. Este invasor vertical es también el que, en la acción política contemporánea, se manifiesta en las múltiples dogmáticas de la democracia directa: cualquiera es tan bueno como cualquier otro, no hay que encargar la política a ningún representante, pues la representación es en sí misma una jerarquía, y por tanto, el último residuo de la desigualdad. </span></em><o:p></o:p></div>
<div style="line-height: 18pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<o:p><br /></o:p></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-PlRdWVKEkDM/V5x6-HGTngI/AAAAAAAAAjo/TB4ybgPmCj0KB8r7ZYVbz78NYeTIdPSLwCLcB/s1600/la-rebelion-de-las-masas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-PlRdWVKEkDM/V5x6-HGTngI/AAAAAAAAAjo/TB4ybgPmCj0KB8r7ZYVbz78NYeTIdPSLwCLcB/s320/la-rebelion-de-las-masas.jpg" width="206" /></a></div>
<div style="line-height: 18pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="line-height: 18pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="line-height: 18pt;">Otro de los rasgos del resentimiento político es su amnesia
histórica. Nunca ha habido en la historia de la humanidad tanto tiempo de paz,
prosperidad y libertad como el que disfruta el mundo de las democracias
liberales actuales, y ello a lo largo de cuantos sistemas de organización
social, política, moral y religiosa han existido. Pero el resentido no puede
aceptar algo que implicaría el reconocimiento de su propia condicionalidad: que
el simple hecho de existir ya nos pone en una situación de inferioridad y dependencia respecto al pasado. Somos siempre efecto antes que causa. “Quien pertenece a la
plebe –dice Nietzsche – tiene una memoria que solo alcanza al abuelo, el tiempo
termina en el abuelo”.</span><span class="apple-converted-space" style="line-height: 18pt;"> </span><span style="line-height: 18pt;">Es esto lo
que conduce a lo que Ortega llama “la radical ingratitud hacia cuanto ha hecho
posible la facilidad de su existencia”. La creencia infantil en que los logros históricos, los derechos adquiridos, son connaturales a la propia existencia, que no son algo <i>conquistado </i>y, por tanto, en permanente riesgo de pérdida. La civilización como naturaleza, no como empresa. Parecería que -en su intuición general, pues en los detalles Ortega se contradice como nadie- este es el terreno donde se juega la condición moral y política de nuestro tiempo: entre un negacionismo
del pasado revestido a veces de falso progresismo, la mediocridad elevada a virtud
colectiva, y la negativa a reconocer el valor de los mejores, la verdadera
aristocracia del mérito y de la condición –no la de la sangre o la clase
social– que siempre han guiado las grandes empresas históricas de la
humanidad. </span></div>
<div style="line-height: 18pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<o:p></o:p></div>
</div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-3673338651731670272016-07-28T12:09:00.002+02:002016-07-28T12:12:03.387+02:00La hemiplejía moral del populismo<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: "helvetica" , "arial" , sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">Si el alcalde de Granada le dice a Teresa Rodríguez que "cuanto más tapada la boca, mejor", es un machista repugnante, pero si Pablo Iglesias dice que quiere azotar a Mariló Montero hasta hacerla sangrar, se trata de una conversación privada y una simple broma. Si en las listas de Ciudadanos va un humorista como Felisuco, es un fichaje ridículo y risible, pero si en las listas de Podemos va un analfabeto como Cañamero, con decenas de querellas a sus espaldas y que manifiesta abiertamente no someterse al poder judicial, se trata de un hombre del pueblo y criticarlo es clasista. Si España está como está, es culpa de las malvadas élites que no quieren contribuir al pago de los derechos laborales de los trabajadores, pero si Echenique contrata a un asistente sin pagarle la seguridad social, no es más que un hombre humilde víctima del sistema. Así es la hipócrita indignación de los indignados, su ética unidireccional, la hemiplejía moral del populismo.</span>Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-10702627210993588462016-07-13T12:16:00.000+02:002016-07-13T12:16:33.037+02:00El caso Rajoy<div style="text-align: justify;">
Alguien debería escribir un libro que tal vez quisiera titular <i>El caso Rajoy</i>, inspirado en aquel que Nietzsche dedicara a la psicopatología colectiva que hizo posible el triunfo de la música de Wagner. La tesis era, en aquella obra, que la música de Wagner triunfa solo en la medida en que excita los sentimientos mientras desatiende todo lo que es propiamente música. Como las canciones de Pablo Alborán, para entendernos. Rajoy también es un caso curioso. Su triunfo político se lo debe a una genial renuncia a todo cuanto es político: la resolución, la gestión, la negociación, la representación. Rajoy funciona como una película de terror: ocultándose a sí mismo como el misterio que, al revelarse, se mostraría vano y acabaría con la tensión. Hace poco me decía una amiga alemana, al verlo en la tele, que le parecía un tipo competente y serio. En otra ocasión, alguien me comentaba que parecía un abuelillo simpático, a lo que solo habría que añadir: agredido por unos jovenzuelos insolentes y crueles. Pero esta curiosa combinación de amable ancianidad, competencia fingida y victimización no es todo. Como decía, Rajoy renuncia a dar cuenta de su gestión, renuncia a exponerse a la prensa, renuncia a sentarse en una mesa para hablar de qué piensa hacer en los próximos años y con quién. Todo ello le permite danzar sobre sí mismo mientras el universo se colapsa a su alrededor. Esta danza se repetirá en los días previos a la investidura: muchos pensamos que, dadas las circunstancias salidas de las urnas, lo más razonable sería que Rajoy encabezara el próximo gobierno. Cualquiera entiende, no obstante, que ello le exigirá, por la propia situación parlamentaria, dialogar y ceder ante otras fuerzas. Pero Rajoy usará otra vez su magia para obligar a los demás a moverse alrededor de él mientras logra evitar cualquier contacto profano con la realidad que aborrece. Con el obvio respaldo de sus 137 diputados conseguirá hacer invisible la también obvia realidad de que tiene enfrente a 213 diputados de la oposición y a un país que reclama, incluso desde sus propias filas, la renovación de muchas cosas. Él seguirá siendo el agujero negro alrededor del cual giran, mientras son engullidas, las galaxias.</div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-85199072452115445172016-06-29T18:25:00.001+02:002016-06-29T18:27:09.228+02:00Deseo postelectoral<div style="text-align: justify;">
Corría el año 2011 y la crisis era más que incontestable. Tras un final de legislatura socialista desastroso, Rajoy ganaba las elecciones con 10,7 millones de votos y 186 escaños. Los españoles pensaban que era tiempo de cambiar, de dar a los conservadores la oportunidad de enderezar todo aquello que parecía desmoronarse: la prosperidad económica, la cohesión social, la integridad territorial, y no sé cuántas cosas más. Por aquellos entonces, Rajoy daba la sensación de ser un tipo inteligente, de discurso ágil, con una gran capacidad política. Cuatro años después, a muchos se nos presenta como un presidente incapaz, jefe de un partido político corrupto hasta la médula, que deja atrás terribles leyes medioambientales, un elevado desempleo y mucho trabajo en condiciones precarias, una ley contra la libertad de expresión, subidas generalizadas de impuestos, una ley de educación para olvidar pronto y un catálogo memorable de desplantes institucionales. Resulta ilustrativo escuchar uno tras otro dos discursos de Rajoy -en el debate sobre el estado de la nación de 2011 y, ya como presidente del gobierno, en el mismo debate de 2012- para comprobar hasta dónde puede llegar el cinismo, la manipulación, la mentira como sistema.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin embargo, el PP de Rajoy ha ganado las elecciones. Lo ha hecho, además, por segunda vez, y de modo aún más contundente que la anterior. No importa qué horrible pueda parecerles a algunos este hecho: su victoria es incuestionable. Con quinientos setenta y tres mil votos más que las elecciones de 2015 y con más de dos millones de votos por encima del segundo partido, el PP ha sido el único que ha mejorado su resultado respecto a la vez anterior: más de cien mil ha perdido el PSOE; un millón, la suma de Podemos e IU; más de cuatrocientos mil, Ciudadanos. Los partidos políticos tuvieron la oportunidad de presentar a la sociedad las propuestas que consideraron oportunas y, por primera vez en la democracia, tuvieron también la oportunidad de mostrar cómo conciben la conformación de mayorías parlamentarias y de acuerdos de gobierno. Después de todo ello, España ha votado mayoritariamente al PP. No importa cuánto me apene esta situación. Personalmente, hubiera preferido que Ciudadanos, un partido reformista y situado ideológicamente en el centro político, tuviera mucha más fuerza de la que tiene hoy. Mis preferencias no importan, como tampoco importan las pataletas de los que solo creen en la democracia cuando sirve para poner a sus pies las instituciones. Hay muchas cosas que aprender de lo ocurrido. Una de ellas es que hay una España que desconocemos, que está más allá de la algarabía de Twitter, de los editoriales de los periódicos, de los debates televisados, de las charlas en la Universidad. Hay muchas Españas que han votado por astucia, por miedo, por rabia, por esperanza, por fidelidad, por hastío, por convicción, por contraste, por quién sabe qué cosas. Un amigo me decía hace poco que no podía votar a Rivera porque le parecía "demasiado pulcro": el corazón del votante es inescrutable. El número de votos, por suerte, no lo es.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Rajoy debería gobernar, y los partidos que no han ganado las elecciones deberían facilitarlo. Por supuesto, ganar no es suficiente y, en una democracia parlamentaria, el PP tendrá que hacer lo que no ha hecho durante cuatro años: construir puentes. Espero que esos puentes impliquen reformas, concesiones que tendrá que hacer a cambio del gobierno, proyectos a medio plazo y políticas ambiciosas. No las que ellos, nuestros políticos, tal vez hubieran querido, sino las que España, que ha hablado por segunda vez, necesita.</div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-11447077488336427052016-05-10T11:06:00.001+02:002016-05-10T11:06:56.399+02:00Hannibal abraza a Gramsci<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">La jugada, maquiavélicamente hablando, ha sido magistral: un grupo de viejos comunistas, muchos de los cuales habían militado en partidos de izquierda radical, ponen en marcha un partido al calor de la crisis y el descontento social. Lo presentan como un partido nuevo y transversal, que no se sitúa ideológicamente en el eje derecha-izquierda, a pesar de lo obvio de su discurso, sus líderes, sus filias y sus fobias, y gran parte de su programa. Como tales recogen el voto de di</span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">ferentes fuentes del descontento ciudadano para, al final, volver a los cálidos brazos de la Madre Revolución. Fuera de las trincheras hace demasiado frío. El acuerdo es la ejecución del imperativo gramsciano de asaltar el poder en el difícil contexto de una sociedad en la que los comunistas resultan prácticamente extraterrestres. Y es a esto, creo, a lo que, botellín en mano, se refería Pablo Iglesias al anunciar su acuerdo desde la Puerta del Sol citando a Hannibal, el del Equipo A: "me encanta que los planes salgan bien". La cuestión por aclarar es a cuántos de sus votantes les gustará constatar que la regeneración era solo la estrategia de la viejísima izquierda comunista para alcanzar el poder a toda costa.</span>Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-18153326083629428122016-05-08T22:09:00.002+02:002016-05-09T07:35:06.762+02:00Conmociones<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Hoy he leído una noticia que me ha conmocionado, a pesar de que cuando uno vive un tiempo en Dos Hermanas tiende a alcanzar cierta insensibilidad ante lo inverosímil: a uno llega a parecerle normal Melody o Carlos Jesús y hasta se acostumbra a escuchar reguetón saliendo de las ventanas de un carro tuneado en las horas más profundas de la madrugada, o el pasodoble de organillo sonando a todo volumen desde el centro de la plaza hasta la cama. Pero, en fin, a lo que iba: me ha conmocionado la noticia de que el papa del Palmar de Troya, Su Santidad Gregorio XVIII, haya abandonado tan alta dignidad para <a href="http://www.elespanol.com/reportajes/20160430/121238054_0.html" target="_blank">fugarse</a> con una funcionaria granaína. Lo que me conmociona no es que la mujer sea funcionaria, ni granaína, sino constatar que incluso el más férreo defensor de una creencia ortodoxa pueda perder su fe y abandonarlo todo por una historia -aparentemente bastante corriente- de amor postmoderno. Me ha hecho recordar a la figura del papa jubilado que aparece en la cuarta parte de <i>Así habló Zaratustra</i>: tras largos años sirviendo a Dios, el papa nietzscheano descubre que ha dejado de creer en él. No sé si Gregorio XVIII llegará a tanto. De momento está viviendo una historia de amor mundano que imagino acompañada de cierta angustia en alguien que, hasta ayer mismo, dirigía una Iglesia que considera santos a Hitler y a Franco. Y fue pensando estas cosas como tuve mi última conmoción: me imaginé cuántas personas habrá en el mundo creyendo firmemente una tontería mayúscula en la que podrían dejar de creer por otro motivo aún más tonto. Lo que me conmociona no es que creamos tonterías -que todos lo hacemos- sino que las creamos firmemente sin más motivo que esa conciencia subjetiva de poseer la verdad, conciencia que carece de valor más allá de nuestro propio orgullo. Recordé, impresionado, un texto de Nietzsche que siempre he considerado un bello Evangelio. Al fin y al cabo, son a menudo los apóstatas, y no los conversos, quienes pulen las aristas soberbias de toda fe. <span class="apple-style-span" style="background-color: #539bcd; line-height: 18.2px;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial;">“En algún apartado rincón del universo centelleante, desparramado en innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue el minuto más altanero y falaz de la “Historia Universal”: pero, a fin de cuentas, sólo un minuto. Tras breves respiraciones de la naturaleza, el astro se heló y los animales inteligentes hubieron de perecer. Alguien podría inventar una fábula semejante y, sin embargo, no habría ilustrado suficientemente cuán lastimoso, cuán sombrío y caduco, cuán estéril y arbitrario es el estado en el que se presenta el intelecto humano dentro de la naturaleza. Hubo eternidades en las que no existía; cuando de nuevo se acabe todo para él no habrá sucedido nada, puesto que para ese intelecto no hay ninguna misión ulterior que conduzca más allá de la vida humana. No es sino </span></span><span style="background-color: #539bcd; line-height: 18.2px;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial;">humano, y solamente su poseedor y creador lo toma tan patéticamente como si en él girasen los goznes del mundo. Pero, si pudiéramos comunicarnos con la mosca, llegaríamos a saber que también ella navega por el aire poseída de ese mismo pathos, y se siente el centro volante de este mundo”.</span></span></span></div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-52515757231024031672016-04-15T21:09:00.000+02:002016-04-15T21:09:35.282+02:00Locke y la tolerancia<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">La </span><i style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Carta sobre la tolerancia</i><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> de Locke es
una obra muy importante, de esas que marcan y describen perfectamente una época. Un famoso fragmento dice así: "No es la diversidad de opiniones (lo que no puede evitarse), sino la negativa a tolerar a aquellos que son de opinión diferente (que podría ser permitida) lo que ha producido todos los conflictos y guerras que ha habido en la Cristiandad a causa de la religión". </span><span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Releyéndola hoy para sacar algún texto que usar en clase, me ha asaltado un
pensamiento perturbador. Se me ha ocurrido que, tras la indudable buena fe de
sus ideas, se esconde una superstición: la creencia en que se puede separar lo que el
hombre piensa de lo que el hombre hace, que es posible imponer una divisoria
política entre el ser y el hacer. Por ejemplo: que podemos permitir que el
hombre piense aberraciones, exprese ideas equivocadas, pierda su interioridad,
y que ello no ha de tener repercusión alguna en nuestra convivencia social y
política. Su fórmula sería: “Piensa lo que quieras, pero actúa de acuerdo a las
leyes”. Pero, ¿no muestra precisamente nuestro tiempo que tal cosa es imposible? Desde la violencia de género al terrorismo yihadista, ¿cómo seguir creyendo que se puede mantener la paz entre los radicalmente diferentes con la sola fuerza de una ley abstracta y de unos ideales cívicos que precisamente no todos comparten? Esa idea -que es la esencia misma de la modernidad y que garantiza la separación del espacio público del privado- podría ser entonces un simple mito, uno de los últimos mitos de la Ilustración.</span></div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-20422957995326313382016-04-07T16:59:00.000+02:002016-04-07T16:59:03.100+02:00Emprendedores<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 18px; white-space: pre-wrap;">Noto últimamente a los medios especialmente proclives a publicar las opiniones políticas y sociológicas de reconocidos expertos como Cristina Pedroche y Antonio Banderas. La primera dijo el otro día algo tan profundo como que ser de izquierdas significa querer el bien de los demás, y el segundo se quejaba hace poco de que los jóvenes españoles prefieran ser funcionarios a emprendedores. Le resulta raro a él que una persona prefiera tener un sueldo y un empleo fijos a arriesgar su vida, su tiempo y sus esperanzas en un proyecto que tendrá que darse de cabeza mil veces contra la Administración y contra la propia naturaleza del sistema. Yo, que soy funcionario, me considero emprendedor: estudié filosofía contra todas las voces que -a excepción de mis padres, benditos sean- me advertían de que moriría pobre y loco. Y, al menos en lo primero, se equivocaron. Pero a lo que iba: lo que más me llamó la atención fue ver a Banderas representando el papel de aquello que Marx consideraba ideología en el sentido más alienante del término: los <i>Zuckerbergs</i>, <i>Gates </i>y <i>Banderas </i>del mundo vienen a decirnos que ellos mismos son el ejemplo viviente de que es posible cualquier cosa, de que la sola voluntad, unida al esfuerzo y al sacrificio, bastan para que cualquier hombre pueda cumplir sus sueños, por muy ambiciosos que sean. En el lema del <i>si quieres, puedes</i> se condensa toda la falsa autoconciencia de nuestro tiempo. La gran mentira del capitalismo. Evidentemente, tras los rostros sonrientes de los triunfadores se esconden las millones de personas a las que la configuración del sistema -en sus diferentes registros, tanto culturales como económicos- impedirá cualquier tentativa de éxito. También allí se oculta que incluso la <i>decisión</i> de emprender no es un acto de la libre voluntad, sino que está ella misma posibilitada por condiciones sociales y económicas a las que no todo el mundo tiene acceso. Así que no me resulta tan extraño que los más listos prefieran dejar dormir sus sueños a la sombra de las palmeras.</span></div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-39283280022862119052016-03-28T21:15:00.000+02:002016-03-28T21:19:53.932+02:00Filosofía contemporánea para iniciados<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
Obediente y servicial, ofrezco aquí una lista de libros
para quienes me han pedido -por motivos diversos e inconfesables- introducirse
en las oscuridades abisales de la filosofía contemporánea. Aún estáis a tiempo:
corred, insensatos.<br />
<br />
KIERKEGAARD. ¿Quién no querría leer libros titulados como<span class="apple-converted-space"> </span><i>La enfermedad mortal</i>,<span class="apple-converted-space"> </span><i>Temor y temblor</i><span class="apple-converted-space"> </span>o<span class="apple-converted-space"> </span><i>El
concepto de la angustia</i>? Tiempo, angustia, muerte, Dios, libertad: los
grandes temas de un gran filósofo.<br />
<br />
SCHOPENHAUER.<span class="apple-converted-space"> </span><i>El
arte de insultar</i>: altamente polémico. Parece Twitter.<br />
<br />
NIETZSCHE. Siempre recomiendo<span class="apple-converted-space"> </span><i>El crepúsculo de los ídolos</i><span class="apple-converted-space"> </span>para empezar con Nietzsche. Otras
opciones sencillas, pero igualmente valiosas, son<span class="apple-converted-space"> </span><i>El nacimiento de la tragedia</i>
o<span class="apple-converted-space"> </span><i>Más allá del bien y del mal</i>.<br />
<br />
MARX. Sería un sádico si recomendase<span class="apple-converted-space"> </span><i>El capital</i>. Las obras de Marx
son arduas y están llenas de conceptos de economía. Es mejor empezar con <i>El
manifiesto comunista</i>, donde Marx quiso divulgar en un lenguaje más sencillo
sus ideas.<br />
<br />
FREUD. Un buen libro es<span class="apple-converted-space"> </span><i>El
malestar en la cultura</i>. Tiene de interesante que contiene las
ideas fundamentales de Freud pero, además, las usa en una crítica a
nuestra sociedad y sus múltiples represiones. Sexo, violencia y
dominación: ¿quién necesita a Christian Grey teniendo a Sigmund Freud?<br />
<br />
HEIDEGGER Y SARTRE. Dos obras breves que deben ser leídas
una detrás de otra:<span class="apple-converted-space"> </span><i>El
existencialismo es un humanismo</i>, y la respuesta de Heidegger a esa obra, su<span class="apple-converted-space"> </span><i>Carta sobre el humanismo</i>. Cómo
ser humanos y cómo pensar tras "la muerte de Dios". Polémica filosófica
de alto voltaje.<br />
<br />
ORTEGA Y GASSET.<span class="apple-converted-space"> </span><i>La
rebelión de las masas</i>. Una crítica a los movimientos totalitarios, un gran
libro de filosofía política. Otra opción es<span class="apple-converted-space"> </span><i>Estudios
sobre el amor</i>. Dicen que Ortega ligaba bastante, pero no esperéis demasiado
romanticismo en estas líneas: Ortega es Ortega.<br />
<br />
HORKHEIMER Y ADORNO. Un libro bastante difícil, pero
fundamental en el pensamiento político del siglo XX:<span class="apple-converted-space"> </span><i>Dialéctica de la Ilustración</i>.
Cómo, al intentar comprender la realidad, terminamos dominando y explotando al
mundo y a los otros seres humanos.<br />
<br />
RAWLS Y HABERMAS. Estos dos importantes filósofos de
nuestra época (Rawls murió en 2002, pero Habermas sigue vivo) discuten grandes
temas políticos en<span class="apple-converted-space"> </span><i>Debate
sobre el liberalismo político</i>.<br />
<br />
RORTY.<span class="apple-converted-space"> </span><i>La
filosofía y el espejo de la naturaleza</i><span class="apple-converted-space"> </span>es
un importante libro que se considera clave en el llamado "pensamiento
débil", la "nueva retórica", el "neopragmatismo" y en
general la filosofía contemporánea que busca itinerarios nuevos partiendo de la
idea nietzscheana y heideggeriana de que la metafísica está bien muerta y
enterrada.<br />
<br />
SCHUMACHER. No, no se trata del campeón de Fórmula 1
tristemente accidentado, sino del economista alemán que publicó<span class="apple-converted-space"> </span><i>Lo pequeño es hermoso: economía
como si la gente importara</i>. Es una obra menor al lado de las anteriores,
pero es un hito en el pensamiento ecologista y en la búsqueda de alternativas
al modelo económico existente. </div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<o:p></o:p><br />
<br />
Creo que es suficiente para empezar. Cuando os sumerjáis en sus oscuras páginas, recordad las palabras de Ortega: "sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender".<br />
<br /></div>
</div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-17901835779025747682016-03-25T13:15:00.002+01:002016-03-25T13:52:28.162+01:00Política y racionalidad<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="es" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">De entre los
aburridos filósofos que, a lo largo del siglo XX, se dedicaron a la ciencia y
al lenguaje científico, hay uno que me resulta muy simpático. Se trata de Karl
Popper, judío austriaco, converso al liberalismo, apóstata del comunismo y el
psicoanálisis, y nombrado <i>sir</i> por la
reina Isabel II. Popper decía que el criterio para definir una teoría como
científica y racional es la falsabilidad, es decir, que la teoría esté
formulada de tal manera que se pudiera encontrar al menos un hecho que la
desmintiese. Consecuentemente, la racionalidad no consiste en intentar confirmar
nuestras teorías, sino en intentar refutarlas. Ello implica, además, que nunca
estamos en posesión definitiva de la verdad: la ciencia, la racionalidad, es un
proceso siempre incompleto, una aproximación infinita. Así, la física de
Einstein es científica porque predice un montón de acontecimientos que, de no
suceder, refutarían completamente la teoría. La teoría arriesga y en ese riesgo
asumido revela su racionalidad, pues solo se mantiene en la medida en que,
exponiéndose a la crítica, no sucumbe a ella. También el marxismo es una teoría
científica: describe las leyes que determinan el funcionamiento de la realidad
histórica y, como consecuencia de ese funcionamiento, predice tendencias y acontecimientos
que no se han cumplido. La teoría de Einstein es una teoría científica no
refutada de momento, mientras que la teoría de Marx es una teoría científica
que ya ha sido refutada. Como el geocentrismo, el galvanismo o la creencia en
el éter supralunar.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="es" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="es" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Popper decía que
el marxismo murió de marxismo: fue una buena teoría que predijo el advenimiento
de la dictadura del proletariado y la posterior disolución del estado como
expresión del dominio de una clase social privilegiada. Pero con la dictadura
del proletariado llegaron el hiperestatalismo, la dominación brutal, el
exterminio, la guerra, la bancarrota. Stalin, Mao Zedong, Castro, refutaron a
Marx. Por eso hizo bien el PSOE cuando, en el año 79, abandonó el marxismo como
ideología del partido y lo transformó en un mero instrumento discursivo más.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="es" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="es" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ocurre, sin
embargo, que cuando una teoría es refutada, la inmensa estructura de poder
montada a su alrededor se rebela para evitar su propio declive. Siempre ha sido
así: la Inquisición contra Santo Tomás, los dominicos contra Galileo, los
creacionistas contra Darwin. Quienes viven del chiringuito de una teoría se
resisten a reconocer su ruina. A partir de ese momento, el carácter científico
de la vieja teoría desaparece completamente. Se la intenta apuntalar con los
modos de un fanático enfervorecido que quisiera reconstruir con sus propias
manos un templo arruinado. Es difícil mantener la honestidad cuando uno asiste
al crepúsculo de sus propios ídolos.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="es" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="es" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ya no queda nada del marxismo como teoría científica. Entonces, sociológica
y políticamente hablando, lo que hay es el marxismo como espacio simbólico al
que referir un cierto sentido de la identidad, el marxismo como etiqueta, como
estética ideológica, como <i>postureo</i>. Es decir, el marxismo degradado a ideología
en el sentido marxista. El marxismo como sacralidad, como templo, como Kaaba,
como pueblo elegido, más allá del cual están los infieles, los impuros, los
idólatras. Y dentro de ese universo intelectual y emocional se dan cita todas
las actitudes reaccionarias que precisamente el marxismo combatió con las
herramientas críticas del hegelianismo: los sentimientos identitarios, la falsa
conciencia de clase, la victimización arbitraria, el desconocimiento del
sistema económico. Y entonces lo que tenemos es un marxismo degradado que
continúa insistiendo en las nacionalizaciones, en una errónea concepción de las
relaciones con las confesiones religiosas, en la estatalización, en
el control político de los medios, en la alienación ideológica, en el discurso
de la lucha de clases. Y así es como algunos siguen viviendo del marxismo en la
política española, insistiendo en el error como si no hubiera pasado nada, como
si no supiéramos ya adónde conduce y como si no se hubiera convertido, por la
evidencia de la sangre y de la bancarrota, en el fantasma de una ciencia
fracasada. <o:p></o:p></span></div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-84864673514912860322016-03-25T11:09:00.000+01:002016-03-25T11:10:09.616+01:00Obra de arte total Sevilla<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Las
fiestas de una ciudad son, de algún modo, las fiestas de su fundación. Una
ciudad se crea –y se recrea– en sus fiestas. Por eso la Semana Santa de Sevilla
es una dramatización de sí misma, cuyo escenario lo constituye la ciudad
entera, jerarquizando los espacios según un orden moral históricamente
impuesto, recreando las condiciones originarias de la fundación, reuniendo a
los ciudadanos fuera de los límites del orden económico convencional (marcado
por la división del trabajo) e intensificando los lazos sociales por medio de
una sorprendente y genial catarsis estética.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Mircea
Eliade hizo famosa la idea de que la religión era, ante todo, la erección de un
tiempo y un espacio sagrados. En nuestro caso, el centro de la ciudad,
normalmente destinado a los edificios públicos y al comercio, se convierte en <i>carrera oficial</i>, y las zonas más
históricas de la urbe se vuelven escenario de un espacio de sacralidad
compartida. Otro gran teórico de las religiones, Rudolf Otto, interpretó la
religión prescindiendo de categorías morales y racionales, y se centró en
aquello que dio en llamar “lo numinoso” (una especie de emoción ante lo
sagrado, la fuerza que late oculta bajo los objetos santos). Si unimos ambas
definiciones, la religión vendría a constituir una división simbólica del
espacio y el tiempo por medio de una experiencia de aquello que escapa a la
razón y “sobrecoge”. En cierto sentido, ambas posiciones, la de Eliade y Otto,
nos colocan en los límites: pues el espacio y el tiempo se racionalizan solo en
la medida en que erigen fronteras más allá de las cuales no hay espacio ni
tiempo, sino naturaleza, oscuridad, caos, o divinidad.</span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">¿Sirve todo esto para clarificar y
comprender lo que ocurre en la Semana Santa de Sevilla? ¿O aquí estamos, sin
más, ante una <i>performance</i> propia de
una ciudad en la que se suceden sin conflicto la Semana Santa, los conciertos
de rock, la feria de Abril y la Cabalgata del Orgullo Gay? ¿O es que se trata
de la pervivencia de un rito rural en una ciudad aún no plenamente consumida
por la industrialización? ¿Debemos decidirnos entre autoridad tradicional u
ocio urbano? ¿Entre coacción religiosa o libertad hedonista? </span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Es
curioso, para empezar por lo aparentemente anecdótico, que aquí se celebre la
Pasión y la Muerte de Cristo, pero apenas haya referencias al misterio
cristiano celebrado por la Iglesia estos días: el Domingo de Resurrección pasa
relativamente desapercibido. Ese día no culmina el sentido de la Pasión, pues
la Pasión se explica por sí misma. El sacrificio mismo es lo que conmueve y, de
acuerdo con los esquemas de la religión natural, lo que compensa la culpa y la
salda. Lo que se persigue aquí es únicamente participar en el drama estético de
la Pasión: la emoción (la conmoción) ante el Señor sufriente es la única
redención, pues el que sufre injustamente por nosotros es digno de máximo amor,
de máxima reverencia. En cierto modo, no es la Resurrección lo que diviniza la
figura de Cristo, sino el sufrimiento que inmerecidamente sufre, por un lado, y
su majestad estética sobre el paso y sobre la ciudad entera, por otro. </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> </span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Estamos ante la construcción colectiva de
una obra de arte total: la gente acaricia el paso antes o después de
persignarse, la ciudad huele a incienso y a azahar, los cirios se reflejan
sobre el ladrillo rojo de los viejos edificios de Triana y sobre los muros de
la Catedral. En cierto modo, podría decirse que el aspecto más teológico de la
Semana Santa de Sevilla es el hecho de que reactualiza el misterio nuclear de
la fe cristiana: la Encarnación. Todo el ritual estético-religioso en que
consiste está encaminado a encarnar lo sagrado en formas sublimes y numinosas,
y hacer de este un foco de emotividad y cohesión colectiva.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Hace unos años se publicó en España “Obra
de arte total Stalin”, de Boris Groys, donde el autor germano-ruso retrataba el
devenir del arte soviético desde el punto de vista de su aspiración
totalitaria: el arte debía manifestar estéticamente la plenitud moral de la
utopía socialista. Aquí, en una Sevilla que crece entre lo sagrado barroco y lo
profano postmoderno, la obra de arte total es la representación colectiva de
una ciudad que se reconoce a sí misma en el espejo de la Pasión con mayúsculas
y de las pasiones con minúsculas. La ciudad de Sevilla está indisolublemente
unida a un trato estético-festivo con lo divino, en el que este deja de ser una
instancia judicial ante la que pedir (y rendir) cuentas, transformándose, en
consonancia con el proceso mismo de la “modernidad líquida” (Bauman), en un
objeto de contemplación, de disfrute estético y de consumo social. Una
contemplación que tiene la forma de un contacto físico, corpóreo con lo
sagrado. Es el modo como la ciudad de Sevilla realiza social, estética,
artísticamente, la afirmación de Cristo: “Este es mi cuerpo”.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">(Sevilla Report, 2014, actualmente inaccesible)</span></div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-50366028065283020772015-12-31T20:02:00.001+01:002015-12-31T20:02:19.212+01:00Brindis de Nochevieja<br />
<div id="u12466-5" style="background-color: white; border-width: 0px; color: #c1272d; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 18px; font-weight: bold; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
Brindis de una tarde de verano </div>
<div id="u12466-5" style="background-color: white; border-width: 0px; color: #c1272d; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 18px; font-weight: bold; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
(que podría ser de invierno)</div>
<div id="u12466-6" style="background-color: white; border-width: 0px; color: #c1272d; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 18px; font-weight: bold; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
<br /></div>
<div id="u12466-8" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
A lo lejos el sol se hunde en la marisma.</div>
<div id="u12466-10" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
Yo la contemplo desde los altos cerros</div>
<div id="u12466-12" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
y veo la montaña de sal oscurecerse.</div>
<div id="u12466-14" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
La vida sabe a poco en los labios del hombre:</div>
<div id="u12466-16" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
apenas un destello, un relámpago sordo.</div>
<div id="u12466-18" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
Pero un año es eterno debajo de la luz</div>
<div id="u12466-20" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
que se derrama, lenta, sobre las parras verdes</div>
<div id="u12466-22" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
y sobre los olivos de esta tierra. Los hombres</div>
<div id="u12466-24" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
vuelven de sus labores con cestos, a lo lejos,</div>
<div id="u12466-26" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
y las mujeres llevan delantales manchados.</div>
<div id="u12466-28" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
Caminan sobre el manto de la tierra</div>
<div id="u12466-30" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
recogiendo las uvas verdes de la alegría.</div>
<div id="u12466-36" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
<span style="line-height: 1.6;">Pero el vino es liturgia de la tierra</span></div>
<div id="u12466-38" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
que levanta en su altar las plegarias del mundo.</div>
<div id="u12466-40" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
Por eso alzo mi copa,</div>
<div id="u12466-42" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
en las últimas luces de este día</div>
<div id="u12466-44" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
antes de que las sombras inunden nuestros ojos.</div>
<div id="u12466-46" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
Brindo por nuestros cuerpos tumbados en la hierba</div>
<div id="u12466-48" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
de un campo interminable, por la dicha</div>
<div id="u12466-50" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
de unos ojos que miran otros ojos</div>
<div id="u12466-52" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
como un espejo puro de metal y fuego.</div>
<div id="u12466-54" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
Brindo por las mañanas de San Juan,</div>
<div id="u12466-56" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
por los niños corriendo por los largos pasillos,</div>
<div id="u12466-58" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
por las luces nocturnas de la ciudad dormida,</div>
<div id="u12466-60" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
por las dunas cubiertas de enebrales</div>
<div id="u12466-62" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
con hileras de hormigas avanzando en sus hojas,</div>
<div id="u12466-64" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
y brindo por las calles infectadas del puerto.</div>
<div id="u12466-66" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
Brindo por esta tierra,</div>
<div id="u12466-68" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
patria de las cigüeñas y los buitres,</div>
<div id="u12466-70" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
por sus montes brillando bajo la luz de mayo,</div>
<div id="u12466-72" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
por la risa nerviosa de una muchacha frágil</div>
<div id="u12466-74" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
y por su piel de almíbar, porque un hombre</div>
<div id="u12466-76" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
que no es nada y que nada merecía</div>
<div id="u12466-78" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
tuvo la extraña suerte de la dicha.</div>
<div id="u12466-80" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
Brindo por el misterio de esta hora</div>
<div id="u12466-82" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
mientras arde a lo lejos, como un disco de fuego,</div>
<div id="u12466-84" style="background-color: white; border-width: 0px; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 14px; line-height: 1.6; padding: 0px; transform-origin: left top 0px;">
toda la luz del mundo sobre el mar.</div>
<div id="u12466-86" style="background-color: white; border-width: 0px; color: #c1272d; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 16px; font-weight: bold; line-height: 1.4; padding: 0px; text-align: right; transform-origin: left top 0px;">
<br /></div>
<div id="u12466-86" style="background-color: white; border-width: 0px; color: #c1272d; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 16px; font-weight: bold; line-height: 1.4; padding: 0px; text-align: right; transform-origin: left top 0px;">
Feliz entrada en el 2016, amigos</div>
<div id="u12466-86" style="background-color: white; border-width: 0px; color: #c1272d; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 16px; font-weight: bold; line-height: 1.4; padding: 0px; text-align: right; transform-origin: left top 0px;">
<br /></div>
<div id="u12466-86" style="background-color: white; border-width: 0px; color: #c1272d; font-family: Georgia, Palatino, 'Palatino Linotype', Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 16px; font-weight: bold; line-height: 1.4; padding: 0px; text-align: right; transform-origin: left top 0px;">
Original en: <a href="http://www.orola.es/resultado2015.html" target="_blank">Premios Orola 2015</a> </div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-24489206928837211482015-12-29T09:52:00.000+01:002015-12-29T09:52:44.437+01:00Lamentaciones<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">Los actos generan normas. Se pretenda o no. Lo pensaba esta mañana mientras veía las noticias con el desayuno y le daba vueltas al hecho de que cada vez esté más extendida en toda España la idea de que la solución lógica al problema de Cataluña sea la celebración de un referéndum. Porque el problema aquí es precisamente este: ¿qué norma generaría su realización? ¿Que cualquier territorio puede decidir erigirse en estado independiente? ¿Que lo pueden hacer solo los territorios </span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">autodenominados históricos? ¿Que lo puede hacer cualquiera con tal de llevar un tiempo reclamándolo? ¿Que se puede hacer eso con una mayoría simple? ¿Con dos tercios? ¿Y una ciudad puede hacer lo mismo? ¿Una comarca? ¿Un pueblo? ¿Y podría volver a integrarse en el estado del que se separó? ¿Y en ese caso podríamos decidir algo los demás? La razón por la que el derecho de autodeterminación no aparece en ninguna constitución normal es precisamente ese: que el acto no genera una norma asumible, sino caos y disgregación. Lo contrario de un Estado. </span></div>
<span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;"><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 19.32px;">Me temo que todavía tendremos que ver -y pagar- la escasa cultura política de este país, la pobreza intelectual con que se despacha cualquier análisis sobre nuestra vida colectiva, este infantilismo pseudodemocrático del derecho a decidir, como si una nación pudiera funcionar sometiéndose a sí misma a un plebiscito permanente. Lástima de nosotros, pero sobre todo lástima de los muertos que murieron para esto.</span></div>
</span>Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4288114749476810732.post-25686288705885998082015-12-17T10:42:00.000+01:002015-12-17T10:42:35.574+01:00Breves enseñanzas providenciales<div style="text-align: justify;">
El otro día me ocurrió algo ridículo. Había quedado con unos padres en el instituto para hablar de su hija. Fui en bici, que es el vehículo que usamos los que agotamos la treintena, confirmando que hemos dejado muy atrás la época veloz y contaminante de los veinte. Tras la reunión, me fui al gimnasio (así, sin esperar a los propósitos de Año Nuevo) y, al terminar, volví al instituto para recoger la bici. Era ya de noche. Abrí lentamente la pesada puerta de metal azul, y luego la pesada puerta de metal blanca, y por último la liviana puerta de aluminio y cristal. Entonces vi los sensores de la alarma colocados en la pared y comenzó a sonar un timbre estridente. Inmediatamente me imaginé rodeado por la policía nacional. Pero no desistí en mi empeño de recoger la bici. Me adentré por los pasillos oscuros y fantasmales del instituto, con mi mente asediada por viejas imágenes de terror cinematográfico. Imaginé lo que diría a los policías cuando, al salir en chándal y con una bicicleta en la mano, me encañonasen con sus armas reglamentarias. Decidí que gritaría "¡soy profesor de filosofía!", porque cualquiera podría comprender que los rateros del barrio no saben decir "filosofía" correctamente. Imaginé el tono de voz que debía poner para evitar que el agente más novato, en un movimiento nervioso, acabase esparciendo mis sesos por la puerta trasera del instituto. Definitivamente, no quería morir en un centro educativo andaluz. Recordé a Def Con Dos y sentí pánico a una muerte ridícula. Abrí cuidadosamente la puerta exterior y, frente a mí, el semáforo emitía un sonido estridente. No era la alarma lo que sonaba, sino el aparato que guía a los ciegos para cruzar la calle. En solo un instante, una pequeña gota de realidad diluyó historias y miedos que se extendían como una telaraña por mi mente. Pensé en cuántas veces nos ocurrirá esto, cuánto ruido psicológico impidiendo escuchar lo obvio cada día. </div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy andaba igual, esta vez con la política, imaginando escenarios apocalípticos y discursos inexistentes, cuando abrí mi correo electrónico. La Providencia, que no se cansa de intentar enseñarme, había dejado en mi bandeja de entrada un mensaje de spam que decía: "Keep calm and love, Alejandro". Y, dentro de mí, sentí vergüenza. Y gratitud.</div>
Alejandro Martínhttp://www.blogger.com/profile/01833545280434914119noreply@blogger.com1