jueves, 30 de julio de 2009

Las despedidas de Takita

Ayer, Las despedidas, de Yojiro Takita, en el cine Alameda. Daigo Konayashi y su esposa Mika se ven obligados a volver al pueblo natal de Daigo tras fracasar como violonchelista, su vocación de niño, en una orquesta de Tokio. Allí acepta un puesto de trabajo tan indeseado que ni siquiera el anuncio del periódico dice claramente de qué se trata: amortajar a los muertos. Lo que comienza siendo una desagradable contingencia en su vida laboral termina revelándose como su verdadera vocación. De hecho, no son los detalles humorísticos los que hacen soportable una trama cuyos protagonistas son la muerte y el dolor, sino justamente el modo como la ceremonia misma, su intensidad estética y su belleza ritual, consiguen dignificar el hecho de la muerte, crear la estancia de un último momento de sentido con el difunto. Una ceremonia que, además, terminará reconciliando a Daigo con el padre que lo abandonó siendo niño. La música, increíble. Un peliculón.

2 comentarios:

Ángel dijo...

Aquí, en la Murcia profunda, esas películas llegan con cuentagotas a salas de cine escondidas, mientras las rubias muy legales y los colgaos muy fumaos copan las macrosalas en 4D.

Me apunto tu recomendación, aunque sólo sea por escuchar partituras para cello de Joe Hishashi. Y por ser cine oriental, al que aún se le aplica la presunción de inocencia.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Me han entrado ganas de ver la pelí... curioso, coincidimos en dedicar nuestras últimas entradas al cine y en ciertos rasgos del cine seleccionado.
Un abrazo.