sábado, 1 de enero de 2011

Violencia sin adjetivos

Uno de los más nefastos errores en el modo como se aborda actualmente el problema de la violencia es pensar que ésta es resultado de diferentes ideas equivocadas y que, por tanto, debe ser corregida en un nivel conceptual o ideológico. Cada violencia compartimentada tendría su propia causa, que sería necesario atajar por medios intelectuales. Básicamente, la versión postmoderna del viejo intelectualismo moral socrático viene a decir que el mal es desconocimiento; y que, por tanto, existe una "violencia machista" consecuencia del hecho de que los hombres se creen superiores a las mujeres (sea por la pérdida de un determinado concepto de familia, o por culpa de los curas). De tal manera que si lográsemos corregir el error, la violencia -que es consecuencia de aquél- se diluiría por sí misma. Del mismo modo, habría una "violencia racista" cuya solución radicaría en explicar a la gente que los negros, los gitanos y los judíos son iguales que nosotros, etc.

Frente a esta visión racionalista, hay que decir que la violencia no es consecuencia de ninguna idea. La más perversa de todas las ideas es incapaz de producir, por sí misma, acciones violentas si no va precedida de un estado fisiológico determinado. La prueba más intuitiva de ello es que me resulta difícil imaginarme convertido en un maltratador de mujeres o en un skinhead sólo porque la ciencia lograse probar -es una hipótesis para el caso- que las mujeres o los negros son, efectivamente, más tontos, más débiles, o más incapaces.

La violencia tiene su propia lógica: una lógica de aniquilación aplicada a todo aquello que es percibido como negatividad por el propio yo. Un yo que, como mencionaba hace unos días, no es capaz de construirse a sí mismo más que por la negación del otro. Por tanto, una lógica del sometimiento que necesita víctimas (un "chivo expiatorio", diría Girard) para justificar y conjurar el propio malestar. Por eso siempre recae en los más débiles: como lo son casi siempre las mujeres frente a los hombres, los niños frente a sus padres, las minorías étnicas frente a las mayorías sociales...

Mientras se siga abordando el problema de la violencia de un problema técnico, que requiere una solución parcelada en función de la "idea errónea" de la que procede, estaremos, me temo, muy lejos de solucionarlo.

5 comentarios:

Marisol Cragg de Mark dijo...

Cualquier tipo de violencia debe ser abordado de una manera ecuánime y racional. Fácil no es, pero se debe mantener la cabeza fría a la hora de castigar la violencia sea cual sea sus formas.
Recibe un cordial saludo berlinés y te deseo un muy buen 2011.

Ariel Elea dijo...

La violencia no se puede erradicar. Si acaso, domesticar. Parto de una concepción antropológica negativa. El hombre es un lobo, pero la sociedad, con las pautas adecuadas, lo puede amansar.
Feliz año nuevo.

Carlos dijo...

Hola Martín,
He tenido oportunidad de leer muchas de sus publicaciones e incluso los comentarios que se intercambian en ellas y me ha parecido un blog fascinante. Me agradaría hacerle muchas preguntas, pero se me ha ocurrido que sería mejor, si usted lo desea, hacerle una entrevista. Esta la podríamos publicar tanto acá como en mi blog. Si está interesado, mi correo es cct452@hotmail.com

Saludos.

Santiago dijo...

La violencia surge de tantas fuentes: la ignorancia, la adrenalina, la rabia, que es difícil hallar su nacimiento. Ahora, sin ser intelectualista moral, tiendo a considerar a los violentos medio tarados. A la violencia a veces sólo se puede oponer más violencia. Y el estado es el único que la ejerce legítimamente.

Alejandro Martín dijo...

Un saludo para ti también, Marisol, y gracias.

Ariel Elea: creo que la agresividad es algo natural. Tiene su función en nuestro organismo. Pero ejercer la violencia no tiene por qué serlo: tú y yo (y la mayoría de la gente) ha sido educada de tal forma que la violencia no forma parte de sus hábitos de vida. Por tanto, es eliminable. Pero para eso hay que conocerla y saber cómo se genera y se expande, no dejarse llevar por la ideología al uso que nos venden los políticos y los medios.

Carlitox: me daría vergüenza publicar en mi blog una entrevista a mí mismo, pero con mucho gusto contestaría a todo lo que quieras preguntarme. Mi dirección, como consta en el blog, es amartinn@mail.com. Un saludo y gracias por tu comentario.

Santiago: no estoy seguro de que sea tan fácil vincular la violencia a la estupidez. Pero no lo sé. En todo caso, creo que las causas no son tan distintas en todos los casos.