domingo, 23 de enero de 2011

Bien e Ilustración

Habitualmente damos por supuesto que moralidad y racionalidad van, de un modo u otro, unidas: por ejemplo, que el desarrollo de una cultura científica y antisupersticiosa trae consigo una mayor sensibilidad hacia la dignidad de nuestros iguales, y que, por el contrario, la credulidad y el dogmatismo sólo traen consigo crueldad y servidumbre. A este respecto, quiero compartir un par de textos que siempre me han dado que pensar: no sólo para leerlos en relación a ese prejuicio que acabo de exponer someramente, sino para constatar -no sin asombro- qué distinto resultado tiene la cuestión racial en un pensador ilustrado, defensor del universalismo moral y de la moralidad de la razón, frente a un Papa renacentista, de dudosa reputación, nepótico y promotor del Índice de libros prohibidos, entre otras cosas. Ahí van:

"La humanidad encuentra su mayor perfección en la raza de los blancos. Los indios amarillos tienen un talento menor. Los negros están muy por debajo, y en el lugar inferior está
una parte de los pueblos americanos (...) Tan fundamental es la diferencia
entre estas dos razas del hombre y parece ser tan grande al considerar
las capacidades mentales, como al considerar el color". Y en otro lugar: "Los negros de África carecen por naturaleza de una sensibilidad que se eleve por encima de lo insignificante" (Kant, Observaciones sobre lo bello y lo sublime, 1764).

"Nos pues, que aunque indignos hacemos en la tierra las veces de Nuestro Señor, y que con todo el esfuerzo procuramos llevar a su redil las ovejas de su grey que nos han sido encomendadas y que están fuera de su rebaño, prestando atención a los mismos indios que como verdaderos hombres que son, no sólo son capaces de recibir la fe cristiana, sino que según se nos ha informado corren con prontitud hacia la misma; y queriendo proveer sobre esto con remedios oportunos, haciendo uso de la Autoridad apostólica, determinamos y declaramos por las presentes letras que dichos Indios, y todas las gentes que en el futuro llegasen al conocimiento de los cristianos, aunque vivan fuera de la fe cristiana, pueden usar, poseer y gozar libre y lícitamente de su libertad y del dominio de sus propiedades, que no deben ser reducidos a servidumbre y que todo lo que se hubiese hecho de otro modo es nulo y sin valor, [asimismo declaramos] que dichos indios y demás gentes deben ser invitados a abrazar la fe de Cristo a través de la predicación de la Palabra de Dios y con el ejemplo de una vida buena, no obstando nada en contrario" (Pablo III, Sublimis Deus, 1537).

9 comentarios:

soy... dijo...

En 1510, pocos años de haber iniciado el descubrimiento de america, llegó a la isla de Santo Domingo Fray Antón de Montesinos, y ya en 1511 indignado por el maltrato horripilante que ofrecian los conquistadores a los indios que la habitaban, leyo su histórico y ejemplar Sermón de Adviento. Hombre de fina alma y de bien convencido sentimiento religioso, considerado buen orador, sus palabras penetraron en la sensibilidad escondida de otros frailes y los sumaron a la causa humanista. Tus muy acertadas citas me dirigen a colocar estas dichas en su primer sermón:

"Para os los dar a cognoscer me he sobido aquí, yo que soy voz de Cristo en el desierto desta isla; y, por tanto, conviene que con atención, no cualquiera sino con todo vuestro corazón y con todos vuestros sentidos, la oigáis; la cual será la más nueva que nunca oísteis, la más áspera y dura y más espantable y peligrosa que jamás no pensasteis oír». «Esta voz [os dice] que todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué auctoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas dellas, con muerte y estragos nunca oídos habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin dalles de comer ni curallos en sus enfermedades [en] que, de los excesivos trabajos que les dais, incurren y se os mueren y, por mejor decir, los matáis por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine y cognozcan a su Dios y criador, sean baptizados, oigan misa, guarden las fiestas y domingos? Estos, ¿no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amallos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos? Tened por cierto, que en el estado [en] que estáis no os podéis más salvar que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe de Jesucristo»."

Otro fraile presente, Bartolomé de las Casas, dejo este testimonio

"«Tornaré a referir desde el principio mi sciencia y verdad, que el domingo pasado os prediqué y aquellas mismas palabras, que así os amargaron, mostraré ser verdaderas» (...) «Oido este tema, ya vieron luego los más avisados adonde iba a parar, y fue arto sufrimiento dejalle de allí pasar. Comenzó a fundar su sermón y a referir todo lo que en el sermón pasado había predicado y a corroborar con razones y auctoridades lo que afirmó de tener injusta y tiránicamente aquellas gentes opresas y fatigadas, tornando a repetir sus sciencia; que tuviesen por cierto no poderse salvar en aquel estado; por eso, que con tiempo se remediasen, haciéndoles saber que a hombre dellos no confesarían, más que a los que andaban salteando, y aquello publicasen y escribiesen a quien quisiesen a Castilla»."

Gracias.

Juan Diego dijo...

Hola, tengo 12 años... veo que eres muy inteligente, he leído tu blog y me gusta mucho. Veo que tus ideas son contrarias a muchos que se jactan de ser cultos, científicos y investigadores, pero estoy más de acuerdo contigo que con ellos.

Nada más quería hacerte una pregunta (bueno 2)

¿Crees en Dios?

¿Te consideras perteneciente a alguna religión?

gracias amigo.

Alejandro Martín dijo...

Maravillosas citas, soy..., y ¡cuánta modernidad moral en estos sencillos frailes! Gracias.

Juan Diego: ¿tienes 12 años? Pues ya piensas y escribes muy bien. Si algunas de mis ideas son "contrarias a muchos que se jactan de ser cultos, científicos y investigadores", es porque he conocido a otros muchos que también lo son y me han enseñado a ver siempre la "otra cara" de las cosas, que es lo más importante que puede hacer el pensamiento. Seamos creyentes o no, nada hay más importante que ser justos con la verdad, allá donde se encuentre.

Por ejemplo -y aprovecho la mención a Antonio de Montesinos que ha hecho "soy..."-, la visión habitual de la orden dominica resalta su vinculación con la Inquisición ("perros de Dios" se les llamaba), pero olvida y oculta intencionadamente su importancia (como la de los franciscanos, y jesuitas después) en la defensa de los indígenas americanos.

Marisol Cragg de Mark dijo...

El color de la piel no tiene nada que ver con la capacidad y el conocimiento. Da igual que seas blanco, negro o amarillo, ya que en nada influye tu color de piel a la hora de regir la inteligencia. Todos pertenecemos a una misma raza: la humana.
Y sin embargo, hay aún muchísima gente que no piensa así, sino que sigue pensando que la raza de los blancos es superior. Craso error.
Te dejo un cordial saludo berlinés.

César dijo...

Fenomenal entrada y estupendos ejemplos para ilustrar la tesis inicial.Enhorabuena.

Rafael dijo...

Hay que reconocerle a la Ilustración una gran habilidad: la propaganda.

Carlos dijo...

Tenemos que Kant pretendía universalizar las normas éticas. Para esto, consideraba que la ética, fundamentada en la razón, podía ser aplicada para cualquier ser racional. No obstante, sus afirmaciones no tienen nada de científicas, son meras subjetividades colindantes con la ignorancia y el atrevimiento.

El cristianismo, actualmente, a diferencia de otras religiones, propone la igualdad de todos los seres humanos. Jesús vino a salvarnos a todos, creyentes, no creyentes, guapos o feos.

La teoría de la evolución por selección natural, por su parte, ha servido para justificar y encubrir xenofobia y racismo.

Esa es la idea que tengo, Alejandro.
Saludos.

Santiago Martín dijo...

El desafortunado comentario de Kant sobre el talento en nada afecta a la dignidad y su respeto. No creo que sus observaciones antropológicas invaliden el universalismo en la ética. Y yo soy estoy convencido que, aunque no una panacea, sin racionalidad vamos a lo peor.

Alejandro Martín dijo...

Por supuesto, Santiago. Nunca se me hubiera ocurrido ningunear la importancia de mi venerado Kant y sus propuestas filosóficas. Sólo quería constatar que en ámbitos de Ilustración y racionalidad también es posible -e incluso frecuente- un evidente desprecio del ser humano.