Para Paco Gallardo
La primavera ha aparecido repentinamente en medio del invierno. Sin embargo, sabemos que este calor es engañador: un genio maligno meteorológico que quiere hacernos creer que el alma está frente a la luz, cuando en realidad está rodeada de oscuridad y nieve. Las noches son largas y frías. Son muchas las cosas que ocultó la nieve y muchas las que nos asaltan en mitad del insomnio. Y a pesar de todo, amanece hoy como si el sol llevara horas, días, detenido en lo alto: será la batalla de Gabaón. Así que ¿cómo no aceptar con gratitud esta paradoja y cómo no acallar la voz de la sospecha que dice “el frío aguarda”? Porque también hay gracia, y salvación, en medio de las escorias.
5 comentarios:
Ahistartío! (o, traducido del sevillano al feisbuqués: me gusta).
Desde luego, para ser felices necesitamos acallar esa voz de la sospecha que dice "el frío aguarda" o "la muerte espera". No podemos dejar de engañarnos en todo momento pensando ilusamente que ya no habrá más inviernos o desdichas. La felicidad es como una brisa deliciosa que sucede a un huracán y antecede a otro.
Me gustó mucho el post, Alejandro. Gracias.
Saludos al entrar por primera vez en este blog, al que un amigo (supongo que común) me ha dirigido. Me parece que tiene "buena pinta", en relación con los temas que más me gustan, la forma de abordarlos y eso. Prometo volver, por supuesto. Acerca del asunto de este último post tuyo, fíjate qué coincidencia que hace poco he escrito sobre algo parecido (http://ahitequieroyover.blogspot.com), si lo que vienes a decir puede resumirse, más o menos, como "siempre existe la amenaza de la vuelta del mal, cuando más descuidados estemos". Hasta luego, compañero.
Entiendo lo que dices, porque también lo siento. Pero ¿no será mas digno prestar plena atención a las sospechas de lo que nos aguarda, mirar a la oscuridad que nos aguarda, aunque no nos gusta, o PRECISAMENTE PORQUE NO NOS GUSTA?
Gracias, Ale. Llevo dos horas dándole vueltas y me gustaría hacerte un par de comentarios. Pero, ya me conoces, no aquí.
Fuerte abrazo.
Paco.
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