viernes, 1 de enero de 2010

Naturaleza y cultura (Avatar)

Si uno va a verla buscando lo que yo (grandes naves espaciales, explosiones, extraterrestres...), la película Avatar es genial. Luego está el asunto del fondo: su obvia ideología anticolonialista, su ecologismo antropofóbico, y un odio a la especie humana que alcanza el paroxismo con el abandono del propio cuerpo. A todos nos molestan los bloques de doce pisos, los atascos, el humo de las industrias, la destrucción de los bosques y la muerte de las focas. Y, en cierto modo, a todos nos fascina el modo de vida sencillo de las comunidades preindustriales. Los hombres de nuestro tiempo somos rousseaunianos, al menos de corazón, y el deseo de volver a la madre naturaleza es tanto más fuerte cuanto más lejos de ella nos sitúa la cultura. Por eso, para nosotros, la naturaleza es sólo un objeto de interés turístico, un lugar de vacaciones. Ella es lo exótico por excelencia.

Pero lo que oculta esta impugnación de la cultura, de la civilización y de la colonización, es que la naturaleza ha sido para el hombre, durante milenios, el reino de lo hostil. Primero, lo hostil en nosotros mismos, como instintos contra los que había que luchar para mantener un orden social precario; y desde luego, lo hostil en lo otro, como enfermedades, plagas, muertes prematuras. Lo que no nos muestra ninguna de las representaciones eco-utópicas antioccidentales son las enfermedades infantiles, los sorprendentes problemas de superpoblación en ausencia de la agricultura y la ganadería, las sequías, las plagas, las epidemias, los terremotos, las inundaciones, la extinción de pueblos enteros. La vida del hombre en ese estado natural no es un apacible dormitar en los árboles, sino un penoso esfuerzo por vencer, cada día, la posibilidad inminente de la propia muerte.

15 comentarios:

Héctor Meda dijo...

Totalmente de acuerdo con el último párrafo pues de la peli al no haber la visto, poco puedo hablar.

Hay más a reseñar por cierto, todo lo que se encuentra en una ciudad que la hacen deseable, pensemos en el aspecto cultural: cines, teatros, óperas; y todo lo que es de indeseable en los pueblos: el que te conozcan todos para lo bueno sí pero también para lo mal; y por no hablar, de la justicia tribal que no es más que un suicida revanchismo imparable como el de los gitanos cuando se ponen a impartir justicia; y en fin, un largo etcétera que olvidamos por un prurito estético y es que, efectivamente, a todos nos apasiona la belleza de la naturaleza

Jesús Beades dijo...

Amén, hermano. La naturaleza entusiasma a los hastiados y melancólicos urbanitas. A un hombre de campo le encantan los jardines y sembrados (flora bien ordenada), y las edificaciones útiles y funcionales en las ciudades, a ser posible hermosamente diseñadas. Pues tienen el caos y la desabrida naturaleza demasiado presente, demasiado cercana para idealizarla.

Jesús dijo...

Cuando la Madre Naturaleza deja de ser madre y comienza a ser Madrastra.

Ricardo Campo Pérez dijo...

Una visión un poco más ácida de la peli ;-)

http://psicopanadero.com/post/avatar/

Saludos cordiales.

E. G-Máiquez dijo...

No puedo estar más de acuerdo con la entrada. Tenía pensado escribir un artículo sobre el particular, pero no lo diré mejor. Muchas gracias.

E. G-Máiquez dijo...

No quiero parecer vanidoso con la expresión "has dicho lo que yo pensaba". También has dicho cosas que yo no pensaban y que son muy ciertas. Por ejemplo: "el paroxismo del abandono de su propio cuerpo".

Alejandro Martín dijo...

Otro dato curioso de la película, amigos, es cómo se invierte la reacción natural de los "nativos" para que todo encaje en este "aggiornamento" de la autofobia en versión intergaláctica. Me refiero al hecho de que los indígenas rechazan las carreteras, medicinas, y demás cosas que los visitantes les ofrecen. Gesto necesario para acentuar el carácter impositivo de toda colonización.

Sin embargo, la realidad es bien distinta: los indios preferían cazar búfalos con rifles y las mujeres subsaharianas prefieren dar a sus hijos penicilina antes que encomendarlos a un brujo. Hasta Bin Laden asume con satisfacción las ventajas de la tecnología occidental para combatir a Occidente. Los que más se le resisten son los ecologistas de izquierda indigenista criados en las Universidades occidentales (y eso que viajan a Bolivia y a Venezuela en avión...)

Alejandro Martín dijo...

Ricardo: gracias por el enlace. Si mi visión no es tan ácida como la del post que señalas, es porque quería comentar la peli desde otro punto de vista. Pero vamos... que estoy completamente de acuerdo: el guión es una pena de principio a fin; los habitantes de Pandora son masais azules con rabo; y los bichos son hienas, rinocerontes y panteras a las que les han puesto mucha boca, muchos ojos o muchos cuernos... Es muy lamentable que se conformaran con los efectos especiales: con cuidar un poquito esos otros detalles, les habría quedado una gran película.

Lo que pasa es que yo soy muy simple, y si me ponen marcianos pegando tiros y naves explotando, ya paso un buen rato :-)

Ricardo Campo Pérez dijo...

No he ido a ver la peli aún, estoy remiso con ella fundamentalmente por las críticas y comentarios que he leído.

La cosa debe ser que a Cameron no le basta con hacer un film comercial con ETs y efectos de lujo (como las bazofias de Roland Emmerich), sino que, como está más allá del bien y del mal, ha querido hacer algo con "mensaje", para dejar su impronta de autor. Pero eso, que lo que tiene en la cabeza son más bien ideacas New Age y de la deep ecology.

La que sí vale la pena es "Distrito 9", que aun con sus fallos y cosas no aclaradas, ofrece un buen montón de oportunidades para pensar, tanto desde el punto de vista de nuestra relación con seres "raros" como desde el punto de vista de la biología evolutiva.

Bueno, saludos.

Francisco dijo...

Absolutamente de acuerdo contigo, me
pareció un "copypaste" muy malo de novelas que hablan sobre tópicos anticolonialistas y ecologistas como "La ciudad de las bestias" de Isabel Allende. Saludos.

E. G-Máiquez dijo...

Alejandro, estoy escribiendo un artículo sobre "Avatar" y me gustaría citarte, elogiosamente, en extenso y reenviando al blog. Es para el semanario Alba, que sé que no te gusta, aunque desde que ha tomado la dirección Gonzalo Altozano, quizá tengas menos peros que ponerle. Si tienes algún inconveniente en la cita, házmelo saber con toda confianza. Muchísimas gracias, E.

Alejandro Martín dijo...

Querido Enrique, no tienes ni que pedirme permiso. Me honra mucho. No recuerdo haber hablado mal del semanario Alba, pero si escribes tú, ya tiene calidad de sobra. Un abrazo

E. G-Máiquez dijo...

Lo de Alba fue un comentario de pasada, creo recordar o puede que esté confundido. En cualquier caso, muchísimas gracias por el permiso. Tus aportaciones son lo mejor del texto. Abrazo, E.

smakant dijo...

El guión es tan previsible y tópico que me lo pasé mejor con Pocahontas, que cuenta más y mejor. La falta de imaginación en todo lo demás no merece comentarios. Lo único que me llama la atención es el taquillazo que supone... da que pensar sobre cómo está el nivel...

elquebusca dijo...

Chapeau por esta entrada. Me gustaría haberla escrito a mi.