sábado, 19 de marzo de 2011

Entre el laicismo y la magia

El episodio de la capilla de Somosaguas me parece un ejemplo perfecto de la incapacidad del laicismo ibérico -de la que ya hemos hablado en otras ocasiones aquí- por aceptar la religión y su práctica como un hecho social más. Que en la Universidad no se planteen dudas acerca de la presencia de sucursales bancarias o asociaciones anarquistas, pero sí se cuestione la existencia de un lugar de culto, muestra la naturaleza totalitaria y excluyente de estos adalides de la libertad. Con todo, lo que más me ha llamado la atención de la noticia es la organización de una "misa de desagravio". Desde luego, si yo estuviera rezando en una capilla y entrasen de pronto unas universitarias descamisadas, me parecería una maniobra reivindicativa más agradable que ver a los barbudos de UGT y CCOO tocando el tambor por la calle. En todo caso, la distracción podría irritarme si yo fuese un señor con problemas cardiacos o una señora poco agraciada. Lo que en ningún caso podría pensar es que Dios deba ser desagraviado por semejante ofensa, y que deba serlo nada menos que por mí (!) y mis compañeros de oración. La misa de desagravio me parece un incomprensible residuo de paganismo mágico absolutamente ajeno al espíritu del cristianismo. Éste no posee lugares sagrados sensu stricto. Tampoco concibe a Dios como una fuerza cuya ira -provocada por los malvados- deba ser aplacada por los ritos de los buenos. Más bien, pone a los "malvados" en el centro de su mensaje y desprecia la autocomplacencia moral de los "buenos". El episodio de la capilla de Somosaguas nos deja de nuevo la imagen de una sociedad idiota, dividida entre el radicalismo intolerante de unos y la histeria supersticiosa de otros.

7 comentarios:

Dieter Baethge dijo...

Alejandro Martín, es hora de que nos digas si eres cristiano o no. Si lo ocultas, comentanos si lo haces para tener un blog objetivo o si te averguenzas de tu religión.

la reaccion contra los abusos de la iglesia era inevitable. Y la iglesia se resiste a perder su poderío en la misma medida que la reacción continua.

Es todo.

Alejandro Martín dijo...

Dieter Baethge, una persona que oculta hasta su verdadera identidad no merece ni que le conteste, así que mucho menos me va a exigir una profesión de fe. Es todo.

Dieter dijo...

ahora quisiera saber por que asegura que escondo mi identidad.

César dijo...

Alejandro, pasa de los trolls que evitan la confrontación intelectual para intentar provocar en lo personal.
Gracias por la entrada: moderada, divertida y profunda. Como sueles hacer.
Un abrazo.

Jesús dijo...

Perfecto, un placer, gracias.
Eres mi filósofo de cabecera, que lo sepas. O sea, que no dimitas, que me dejarías huérfano.

Dieter Baethge dijo...

Hola, soy Dieter Baethge. Pido disculpas por esos comentarios que se hicieron con mi nombre. Ignoro quién puede haber ingresado a mi cuenta (quizá la dejé abierta en una computadora que no es mía).

Recien ahora leo esto y veo que alguien le faltó el respeto usando mi cuenta de myspace. Hizo bien en no continuar respondiendo.

Y nuevamente, pido disculpas por el malentendido que pudo generar esta mala broma.

Alejandro Martín dijo...

No importa. No doy importancia a esas cosas. En todo caso, no había mucho más que comentar. Un saludo