jueves, 28 de julio de 2016
La hemiplejía moral del populismo
Si el alcalde de Granada le dice a Teresa Rodríguez que "cuanto más tapada la boca, mejor", es un machista repugnante, pero si Pablo Iglesias dice que quiere azotar a Mariló Montero hasta hacerla sangrar, se trata de una conversación privada y una simple broma. Si en las listas de Ciudadanos va un humorista como Felisuco, es un fichaje ridículo y risible, pero si en las listas de Podemos va un analfabeto como Cañamero, con decenas de querellas a sus espaldas y que manifiesta abiertamente no someterse al poder judicial, se trata de un hombre del pueblo y criticarlo es clasista. Si España está como está, es culpa de las malvadas élites que no quieren contribuir al pago de los derechos laborales de los trabajadores, pero si Echenique contrata a un asistente sin pagarle la seguridad social, no es más que un hombre humilde víctima del sistema. Así es la hipócrita indignación de los indignados, su ética unidireccional, la hemiplejía moral del populismo.
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