Termino, por fin, los exámenes de Antropología. Cierro un artículo sobre Schiller y lo mando por correo. Retomo las traducciones de Nietzsche. Pero en la cabeza: terminar aquel poema... Ahora mismo recojo los exámenes de 2º de Bachillerato, corrijo alguno. Querría escribir algo en el blog, me pongo a ello. Pienso en las Lagunas de Ruidera: están espléndidas desde las últimas lluvias, y me imagino pescando con Jaime, sentado apaciblemente en una orilla. En mi agenda: comprar el AVE para Sevilla, llamar a una profesora, hablar con este alumno, cambiar examen, ir al banco, sacar tres libros que necesito para esta asignatura, lavar el coche y que de paso le revisen ese ruidillo extraño que le oigo desde hace algunos días. Pero esto también urge: comprar comida, pagar el alquiler. No puedo dejar de ir al peluquero antes de parecer un pastor de brie. Pero tendré que hacerlo mañana. Ahora tengo que recoger la ropa, hacer la cena, descansar por fin...
Propósito para la próxima vida: hacer sólo una cosa. La que sea. Pero sólo una.
ACTUALIZACIÓN: Me refiero a algo así, por ejemplo...
12 comentarios:
He padecido esa enfermedad muchos años. Bueno, no estoy curado del todo, pero el no tener tantas responsabilidades hace que se note menos la pluriocupación. Un abrazo: Joan Josep
No sabes la envidia que me das.
Y yo que lo vea...
Hummm.... El deseo es bueno, Alejandro, pero has de tener cuidado con esa mono-actividad: si es traducir a Nietzsche o escribir un poema, semana tras semana, está bien, pero si es corregir exámenes puede ser terrorífico.
Hablando en serio, en la variación éstá la gracia. ¿No te has agobiado nunca cuando te has podido ocupar sólo de lo que te interesa? Pienso en algún mes de julio o de agosto, sin trabajo, sin compromisos sociales, sin deberes, dedicado sólo a leer o ir al cine o al Prado, y cómo eso me acabó provocando ansiedad, como si todo -hasta lo que nos gusta- acabara saturándonos.
Tenía en mente las sabias palabras de Gómez Dávila: "Que rutinario sea hoy insulto prueba nuestra ignorancia en el arte de vivir".
Kurtz75, ¿qué te da envidia exactamente? ¿que no pare de hacer cosas o que ya tenga que estar haciendo planes para la próxima vida...?
Los Viernes acaba el mundo,
Sábado: veinticuatro horas para otro Domingo.
Tienes certeza del Lunes apocalíptico,
Ríe el Martes cuando cavilas Sábados,
Miércoles como triviales puntos de inflexión.
Mañana pensarás el Lunes, Jueves.
Días; inconscientes del calendario,
Cíclicos en las semanas, enfermos crónicos
Del “seré feliz mañana.”
Lo primero, Sr. Martín Navarro, lo primero. No hacer nada, ni una cosa, le aseguro que es mucho peor.
Y eso que no tienes una criaturita...
Aparte, si piensas que el señor de la foto se dedica a una sola cosa, estás un pelín equivocado. Al burro hay que darle de comer, limpiarle la cuadra, etc. Seguro que la ropa se la remienda él mismo,porque tiene cara de viudo. Y lo que lleva en e carro, hay que plantarlo, segarlo, etc. Bueno no me extiendo, creo que me coges la idea.
Un abrazo.
Paco
Lo malo no es hacer muchas cosas, sino tenerlas que hacer por narices.
Creo recordar, Alejandro, que el amigo Jesús Beades habla, escribe, de esa vida que llevamos hoy en día todos, o casi todos , en su libro Centinelas.
Un abrazo.
Me has estresado...
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