No poder dormir es algo típicamente humano. Envidio a mi gato cuando lo veo abrir perezosamente la boca, enrollarse como una oruga, y dormir en calma hasta que, horas más tarde, algún otro estímulo lo anima a desperezarse. Ahora que son las 4 y media de la mañana y no consigo conciliar el sueño, pienso que alguna razón espiritual debe haber para todo esto. Y como mis maldades, de cutres que son, no llegan a la altura de las que provocan severos cargos de conciencia, supongo que hay alguna otra causa de que no pueda dormir.
Antes de irme inútilmente a la cama, leía a Kierkegaard (¿será por eso que no puedo dormir?). Contaba, a propósito del pasaje evangélico de los lirios del campo, que el problema del hombre es que no se conforma con ser hombre (es decir: con ser lo que es y no alguna otra cosa). En buena parte, somos infelices porque nos pasamos la vida contrastando nuestro presente con todo lo demás: otros hombres, otros lugares, otras vocaciones, otras vidas posibles que hemos desechado con cada decisión. Esa ansiedad se adueña de nosotros y espera a que llegue la noche. Entonces nos asalta como un pequeño demonio que hubiera estado aguardando la oscuridad para comenzar a agitarnos en la cama. Cerrar los párpados es combatir a ese demonio, pensar que mañana será todo distinto, que por fin estará claro para qué he venido a este mundo, creer que cesará la seducción estruendosa de lo otro, y que -envuelto en una claridad cegadora- seré por fin lo que en verdad soy.
Y en la dulce paz de ese engaño, me duermo.
3 comentarios:
Tengo un mini-ensayo (una página) a partir de citas, sobre las bondades del sueño y la noche, que, si me lo permites, te lo remito. Una de las citas, de Chesterton, dice: "Dormir es un acto de fe" o algo así, ya no recuerdo.
El tema del sueño y la noche me apasiona. Novalis -es tu área- creo que dijo cosas interesantes al respecto.
Pues me parece genial la cita de Chesterton, si "fe" significa, como creo, "confianza".
He mirado mi correo y no me ha llegado tu mini-ensayo, que leeré con mucho interés si me lo mandas.
Novalis dijo cosas sobre esto. Algún día debería dedicarle alguna entrada. ¡Es mi área y nunca hablo de él! Será por saturación...
Cuando estuve en T., en una ocasión que entré en clase, me encontré con una frase escrita en la pizarra y que no tardé en hacerle una foto:
"Si el cerebro fuera tan simple que pudiéramos entenderlo, entonces seríamos tan simples que no podríamos entenderlo".
Quizá esa es nuestra naturaleza, buscar la perfección, el más allá, aquéllo que no podemos o sabemos encontrar con nuestros cinco sentidos, quién sabe.
Muy de acuerdo con lo que comentas de Kierkegaard (espero no volverme como Johannes, jeje). Por cierto, un caracol nunca se estresa porque piensa que no va a llegar tarde. ¿Por qué nosotros sí?
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