sábado, 2 de mayo de 2009

La primavera

El relato El extranjero, de Camus, retrata a un hombre apático y nihilista, cuyos actos y pensamientos se encuentran a merced del tiempo, el calor, la humedad... En cierto sentido, su conciencia moral es un asunto climatológico. Yo siempre me he sentido identificado con el personaje. Después de todos estos meses de lluvia y frío, mi psicópata interior había crecido bastante, y sentía que estaba a punto de convertirme en un monstruo existencialista. Por suerte, la primavera empieza a aparecer y, con ella, me invade una facilidad para el amor al prójimo, la gratitud, la paz interior. Entre los olivos y en los bordes del camino, asoman las margaritas, las amapolas y los acianos. Sobre el suelo arenoso resplandece la luz con el fulgor dorado de una liturgia griega. Y las bocas de todas las criaturas de la primavera recitan este endecasílabo: "Nunca la oscuridad dura mil años".

12 comentarios:

Jesús dijo...

¡Qué bonito, y qué cierto!
Somos hijos del clima, y lo que el invierno deshace, la primavera lo rehace.

Lob dijo...

Lo ente depende del pathos. Por no decir de la química; "tras muchos años de psicoanálisis, descubrí el prozac"...

Ángel Ruiz dijo...

Vi ayer en tu blog un enlace a un blog de 'Númenor' y pude llegar a números de la revista que están en pdf. Sólo he mirado el 17-18, pero ahí me encontré un poema tuyo sobre las praderas de Graz. Quizá te haga gracia leer lo que escribí sobre esas praderas (también sobre Austriaen general.

E. G-Máiquez dijo...

Qué bonito lo de la luz y el suelo arenoso.

Milk dijo...

Alguien dijo (Proust?) que a los seres de gran sensibilidad (artística)les afecta más el clima.

A mí me encanta pensar que es verdad (aunque tengo bastantes dudas).

Alejandro Martín dijo...

En el fondo, es todo un símbolo de que la felicidad no depende de nosotros, sino que es algo con lo que nos encontramos, como la luz y las flores en la primavera. Y cíclica, como las estaciones.
Un saludo a todos

Fernando dijo...

Querido Alejandro:

Viendo tu currículum, es difícil creer que te puedas identificar con un personaje "apático y nihilista", condicionado por el clima.

Me alegro de verte de mejor humor, a lo mejor en ello influye no sólo el clima sino también las escasas seis semanas que quedan para el final de curso, para huir desde T. al frío de S.

Busco en el diccionario "aciano", creí (en serio) que era una errata por "anciano": "asoman las margaritas, las amapolas y los ancianos". Ya veo que no. ¿Es "aciano" una palabra de uso común en T. o en S.?

Raquel Cascales dijo...

Hace poco distcutía con una amiga sobre Hölderlin y salían muchas de las cosas que has escrito en tu anterior post.

Nada dura tanto ni la oscuridad ni la primavera...

Un saludo!

Alejandro Martín dijo...

Fernando, no creas, sólo me identifico con el aspecto "climatonímico" del personaje: me afecta mucho el tiempo, la luz, la temperatura...

Raquel, ¿con 20 años y ya hablas con tus amigas sobre Hölderlin? Qué prometedor... Gracias por tu comentario y un saludo

Alejandro Martín dijo...

Fernando, me preguntabas también por "aciano"... Creo que no es muy típica ni de T. ni de S. Ni siquera sé si hay acianos en La Mancha. Pero sí hay flores azules, y el aciano es la más romántica de todas las flores azules.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Desde que me percaté claramente del hecho de que el contexto físico-geográfico determina las creaciones de los seres humanos, me he preguntado sobre el sentido de aquellas obras que se originan en un contexto opuesto a su espíritu, que algunas hay.
Por cierto, creo recordar que fue Hegel el que me enseñó la incidencia que tiene en las creaciones particulares humanas el contexto climático-geográfico.
Mi comentario sobre Hölderlin me lo reservo para cuando lea tu entrada con detenimiento.

Vergónides de Coock dijo...

Escribes bien filósofo. ¿Sabes en qué se parecen un filósofo y un basurero? Suerte.