Aunque hay muchas propuestas, y mejores que éstas, circulando por la red, he aquí algunas cosas que yo propondría para la reforma educativa:
Sería bueno, aunque no completamente necesario, que la reforma educativa fuera fruto de un consenso lo más amplio posible. Es el único modo de garantizar que los cambios en el sistema no tengan que ver con débitos ideológicos o de otro tipo, sino con la resolución técnica de problemas.
Sacar 1º de la ESO de los centros de enseñanza secundaria. En estas edades en que un solo año puede significar una gran diferencia en términos de desarrollo físico y mental, los alumnos de 1º se nos presentan, a quienes trabajamos en este ámbito, desorientados, descentrados, incapaces de afrontar un diseño totalmente distinto al que responde la Primaria, lo que tiene consecuencias muy negativas para ellos y para el conjunto de la etapa.
Reformulación del principio de educación obligatoria. Relajación del modelo carcelario de los centros de enseñanza. La obligatoriedad de la educación debe ser reinterpretada en un contexto histórico que es ya completamente distinto al que la propició. La coacción organizada que supone dicho modelo es perjudicial para los alumnos y para el sistema mismo.
Aumento a tres años del Bachillerato, acentuando la orientación de esta etapa hacia los estudios superiores, diversificando la oferta (como ya ocurre con los bachilleratos de arte, de artes escénicas, etc.) siguiendo el modelo inglés y centroeuropeo.
Supresión de esa estafa que son los programas de bilingüismo en su diseño actual.
Bifurcación de itinerarios en 4º de la ESO.
Concentrar los recursos económicos en la bajada de la ratio. Pagar ordenadores portátiles, pizarras digitales, sistemas de vigilancia, programas de gratuidad, etc., no sirve de nada si el profesor, en lugar de atender a un grupo relativamente pequeño, acaba teniendo a su cargo más de cien alumnos repartidos en grupos de treinta. La atención personalizada, el conocimiento de las especificidades de cada uno, se pierde, dañando gravemente la calidad de la enseñanza.
Supresión del programa de gratuidad. Los libros de texto, diseñados por editoriales privadas, no tienen por qué ser el eje de la enseñanza. La elaboración de materiales es responsabilidad del profesor experto en su materia.
Con el dinero ahorrado por el programa de gratuidad, incorporar un programa de becas basadas en el rendimiento académico y en la situación socioeconómica del alumno, con el doble objetivo de corregir las desigualdades no naturales y fomentar la mejora de resultados y la excelencia.
Reformar el Plan de Calidad vigente en Andalucía para que los incentivos a los profesores no estén directamente relacionados con la mejora estadística de resultados (bajo la tentación de facilitar aprobados injustificables para alcanzar los objetivos) sino con la propuesta y ejecución de planes de mejora educativa y proyectos de centro imaginativos en cuanto a su diseño y ambiciosos en cuanto a su alcance, que requieran una verdadera implicación del profesorado, justificando así el incentivo económico.
Unificar la oferta de formación del profesorado. Reformar los Centros de Profesores para que sean éstos quienes impartan una única oferta de formación seria, de calidad, homologada al menos a nivel autonómico. Desestimar los cursos propuestos por sindicatos, fundaciones, universidades. Acabar de una vez con la vergonzosa oferta de cursos homologados, donde un profesor puede obtener los puntos necesarios para su curriculum formativo, pagando él mismo o la Administración cursos sobre temas tan inauditos como el patinaje o un taller de gastronomía. Pagar dinero a sindicatos y empresas a cambio de puntos no es la mejor forma de propiciar la formación del profesorado.
Concentrar los recursos económicos en la bajada de la ratio. Pagar ordenadores portátiles, pizarras digitales, sistemas de vigilancia, programas de gratuidad, etc., no sirve de nada si el profesor, en lugar de atender a un grupo relativamente pequeño, acaba teniendo a su cargo más de cien alumnos repartidos en grupos de treinta. La atención personalizada, el conocimiento de las especificidades de cada uno, se pierde, dañando gravemente la calidad de la enseñanza.
Supresión del programa de gratuidad. Los libros de texto, diseñados por editoriales privadas, no tienen por qué ser el eje de la enseñanza. La elaboración de materiales es responsabilidad del profesor experto en su materia.
Con el dinero ahorrado por el programa de gratuidad, incorporar un programa de becas basadas en el rendimiento académico y en la situación socioeconómica del alumno, con el doble objetivo de corregir las desigualdades no naturales y fomentar la mejora de resultados y la excelencia.
Reformar el Plan de Calidad vigente en Andalucía para que los incentivos a los profesores no estén directamente relacionados con la mejora estadística de resultados (bajo la tentación de facilitar aprobados injustificables para alcanzar los objetivos) sino con la propuesta y ejecución de planes de mejora educativa y proyectos de centro imaginativos en cuanto a su diseño y ambiciosos en cuanto a su alcance, que requieran una verdadera implicación del profesorado, justificando así el incentivo económico.
Unificar la oferta de formación del profesorado. Reformar los Centros de Profesores para que sean éstos quienes impartan una única oferta de formación seria, de calidad, homologada al menos a nivel autonómico. Desestimar los cursos propuestos por sindicatos, fundaciones, universidades. Acabar de una vez con la vergonzosa oferta de cursos homologados, donde un profesor puede obtener los puntos necesarios para su curriculum formativo, pagando él mismo o la Administración cursos sobre temas tan inauditos como el patinaje o un taller de gastronomía. Pagar dinero a sindicatos y empresas a cambio de puntos no es la mejor forma de propiciar la formación del profesorado.
Plantear un doble itinerario de cursos obligatorios para el profesorado: orientados a la adquisición de destrezas psicopedagógicas (psicología evolutiva, recursos de diagnóstico y terapia, técnicas de trabajo grupal, etc.), y orientados al desarrollo de recursos en las distintas materias, así como en idiomas extranjeros y uso de nuevas tecnologías.
Simplificación de las exigencias burocráticas y administrativas.
Implantación de exámenes nacionales en, al menos, dos puntos del itinerario educativo, según el modelo de las Pruebas de Acceso a la Universidad: al finalizar la Primaria, y al finalizar la Secundaria. Es el único modo de garantizar un seguimiento real del nivel alcanzado en los objetivos curriculares que nos permita corregir los déficits reales y mejorar nuestra desastrosa posición en los rankings mundiales de educación.
8 comentarios:
Po mira, lo mismo en Educación alguien se lo lee y hace un folleto, y os lo reparte en los institutos. Y a ese gasto del folleto, del sueldo del que hace el folleto, y de la distribución, se le llamará "más inversión en Educación".
¿Y dices que las hay mejores que éstas?
Alendro, tu texto es valiente en 4 puntos: flexibilizar la educación obligatoria-carcelaria, la bifurcación de itinerarios en 4º de ESO, revisar la gratuidad de los libros de texto, exámenes nacionales.
Supongo que el PP se atreverá con los puntos 2º, 3º y 4º, pero no con el 1º, eso requeriría mucho valor.
Mu bueno, Jesús.
Enrique: por alguna razón, sólo aparece uno de tus dos comentarios. No sé qué ha podido pasar en el momento de aprobarlo.
Fernando: mucha valentía ves tú en el gobierno si supones que va a tocar todos esos puntos. Pero no perdamos la esperanza...
Resuelto el misterio del comentario perdido de Enrique: estaba en otra entrada :-D
Sí que se atreverán con esas 3: la bifurcación en 3º ESO ya la pusieron con Pilar del Castillo, el fin de la gratuidad lo han aplicado (creo) en Castilla-La Mancha y los exámenes nacionales no son tan difíciles, sería similar a la prueba PISA.
Veremos.
"La elaboración de materiales es responsabilidad del profesor experto en su materia...". Completamente de acuerdo, aunque eso implica una dedicación vocacional que no estoy seguro que siempre pueda encontrarse en los profesores.
Lo de reinterpretar o reformular la obligatoriedad de la educación...Ahí confieso que hasta donde yo sé tengo mis dudas, porque me temo que las posibilidades alternativas son excesivamente optimistas respecto a su resultado benéfico.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2012/07/18/diferencias-educativas-comunidades-grandes-paises-ocde/00031342614586323787190.htm
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